El 4 de febrero fue el cumpleaños de mi madre, permitidme que en vez de luchar contra el cáncer
dedicara el día a celebrar la vida.

La lucha fue diaria cuando llegó
y se perpetuó
por el miedo,
por si un días nos mira de nuevo.
Nos convierte en las niñas tímidas de la clase de la vida
donde si no te mueves, no te toca salir a bailar.
Nos altera los genes y la vida y nos infunde miedo a soplidos de revisiones constantes.

Hay días excepcionales de los propósitos mundiales
en que decido cambiar lucha por alegría.
Hay días que hay tanto recordatorio
que decido correr hacia otro lado.

Benditos aquellos que 364 días no lo piensan
y en ese día se atreven a nombrarlo.
Tal vez no tenga sentido ir en contra
pero mi enseñanza del cáncer es justo esa,
ir en su contra para generar victoria.


Y si hay que ganarle cada día
también hay días dónde es necesario esconderlo
para no darle espacio al miedo de sus letras.
Sentir un «si no te nombró, hoy no estás»,
cambiarlo por un GRACIAS constante al triunfo diario
por seguir sanas nosotras,
poder mirarnos bonito y seguir caminando,
ver futuro libre de sufrimiento,
tenernos cada día para darnos fuerza.

La lucha contra el cáncer o la predisposición genética no es un día, es ese sentimiento de ir en contra a cada instante
de un mundo enfermo que nos pone la zancadilla.

Hacer la vida dulce sin azúcar añadida,

de tu cuerpo un templo de paz y mimos

y del autocuidado tu forma de vida.

Romper con todo lo establecido

poner la vida (mi vida) en el centro.

Activismo de cambio, también por la salud.

Ágora Habla con el deporte local y comarcal, siempre en movimiento

Para quitarle todos los motivos y excusas
a esta maldita enfermedad que nos persigue
para recordarnos que somos capaces de correr más rápido
cuando lo más importante
se siente cuidado.

De dentro a fuera. Sin estrés ni miedo.

Tócate con mimo y consciencia

sin buscar nada pero atenta por si encuentras.

Deja atrás el miedo.

No lo pienses, estás sana.

Es fácil decirlo un día,
más complicado mantenerlo en el tiempo.

Somos sanas guerreras,

alteradas en los genes

buscando la paz en la mente.

Luchadoras constantes.

Si los genes predisponen

yo combato con rebeldía y activismo.

Generando el cambio,

dispuesta para la vida.

Por favor,
permitidme un día de vacaciones en mi lucha.

Descansar,
también está en mi recetario.

María Bernabéu

@locacoherencia

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