En la zona alta de la cuidad de Villena , existe un túnel donde por
encima de él circula la autovía A-31. Dicho túnel conecta del casco
urbano a las faldas de la Sierra de la Villa. Nada más cruzarlo podemos
observar el contraste: por un lado las edificaciones, y por el otro pura
naturaleza mediterránea.

Como no podía ser de otra forma, el
misterio y las leyendas urbanas están presentes. Varias historias sin
ninguna explicación, hechos extraños que incluso varias personas no han
transitado nunca más por este lugar.

A continuación seréis testigos de estas historias sin ninguna explicación o que carecen de sentido.

Las 4 leyendas urbanas del túnel de la Calle Quintín Esquembre:

«EL COCHE FANTASMA»

Era un
día especial para Pablo y Sandra, ya que era su aniversario de novios.
El chico le regaló un telescopio, Sandra muy emocionada le comentó a
Pablo de ir esa misma noche a probarlo. Subieron por la calle hasta
llegar al túnel, llegados a él, decidieron subir hasta arriba del camino
donde hay una casa, prácticamente a los pies de la Sierra de la Villa.

Colocaron el telescopio y estuvieron muy entretenidos mirando las estrellas, tanto que se les hizo bastante tarde.

Pasó
un buen rato, cuando de repente vislumbraron lo que parecía un vehículo
subiendo desde el túnel hacia arriba, ellos pensaron que era alguien de
alguna de las casas de las que hay por allí, cuando de repente el
vehículo se adentró por la zona de los árboles. Los chicos intentando
buscar una explicación, sentían que algo extraño estaba por suceder,
como si algo dentro de su ser les dijera que no era buena idea estar por
allí.

Recogieron
y empezaron a bajar por el camino, cuando estaban casi en la boca del
túnel, volvieron a ver las mismas luces amarillentas de ese automóvil,
pero esta vez desde la parte de arriba donde estaban, fue bajando poco a
poco volviéndose a adentrar en el mismo lugar.

Los chicos salieron rápidamente del lugar y jamás volvieron a coger el telescopio.

Cuentan que el vehículo se asemejaba a un «600» y que no emitía ningún sonido.

«LOS GOLPES SINIESTROS»

Una
tarde de invierno tres niños de entre 12 y 13 años subieron al lugar
para jugar a la pelota en la zona donde está una empresa de mármoles.

Eran
ya sobre las 19h. de la tarde, cuando dentro del túnel, los niños
percibieron un extraño ruido (ellos cuentan que era un sonido como si
chocaran dos maderas) pero no le dieron importancia ya que por encima
pasa la autovía y pensaron que eran los mismos vehículos.

Ágora Habla con el deporte local y comarcal, siempre en movimiento

Al día
siguiente después de las clases volvieron a juntarse en el mismo lugar.
Jorge (uno de ellos) les contó que la anterior noche tuvo una pesadilla,
donde el chico comentaba que los mismos golpes le resonaban en la
cabeza y que era un monstruo el que los emitía. Los otros dos niños
empezaron a reírse de él argumentando que era un cobarde.

Pasó
sobre una media hora, cuando ese dichoso sonido empezó a sonar de
nuevo, Jorge recogió la pelota entre sus manos y quedó totalmente
aterrorizado, los otros dos niños como si sintieran la misma sensación
que él, quedaron asombrados mirándose entre ellos. El sonido era cada
vez más fuerte. Uno de ellos se armó de valor y gritó «¡quién anda ahí!»
inmediatamente el sonido se enmudeció, y al los dos segundos un alarido
fantasmagórico resonó por todo el túnel. ¡Los niños pusieron los pies
en polvorosa!

«LA SOMBRA COLGADA»

Era
bastante tarde, sobre las 2h de la madrugada. Como hacía mucho calor no
se podía estar dentro de casa ni mucho menos dormir, y al salir a la
calle era una sensación agradable. Juana, agobiada de estar en casa,
sacó a pasear a su perrito, llegó al túnel y pensó que era buena idea
subir un poco por el camino hacia arriba. Cuando llegó más o menos por
la mitad del túnel, sintió unos escalofríos que le recorrían la espalda y
como si alguien o algo estuviese detrás acechando. Caminó un poco más y
no podía dejar de mirar hacia la boca del túnel. Su perrito estaba
intranquilo y empezó a ladrar y a gruñir, Juana nunca lo había visto así
de nervioso, tanto que se desató de la correa y salió huyendo. La mujer
fue detrás de él y cuando volvió a adentrarse en el túnel sintió esa
misma extraña sensación de antes, esta vez miró hacia arriba y pudo ver
como una sombra con forma humana se descolgaba cabeza abajo desde la
parte de arriba. Asustada, llegó a casa donde su perrito le estaba
esperando en la puerta.

Desde entonces, nunca más volvió a salir a pasear a esas horas.

«EL CRÁNEO FLOTANTE EN LLAMAS»

La zona
es muy transitada tanto por personas que salen a pasear con sus
mascotas, como también para salir a hacer deporte. En esta historia la
protagonista es Noelia, una amante del deporte.

Como cada mañana Noelia salió a correr muy pronto, hacía mucho frío pero a ella no le importaba.

Llegó
al túnel y pudo observar que había una espesa niebla, tanta que no
podía ver más allá de 2 m. Avanzó hasta atraversarlo, siguió y empezó a
tener la sensación de que no avanzaba. ¡Era como andar en círculos! Ya
asustada, por la parte de su derecha y a la lejanía (muy al límite de la
niebla) observó algo terrorífico que nunca olvidará.

¡Era un cráneo cadavérico que flotaba rodeado de unas llamas azules!

Noelia se echó hacia atrás y sintió que algo le golpeó, era la pared del túnel. Fue como un milagro después de ese mal trago.

La chica jamás volvió a ese lugar, y a día de hoy sigue con miedo de ese suceso tan extraño.

(Son
tan sólo leyendas urbanas del lugar, los nombres de los protagonistas
han sido cambiados para guardar el anonimato de los mismos)

¿Os a sucedido algo extraño en este lugar?

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