23 de agosto de 2022. Una fecha marcada a fuego… una fecha que lo cambió todo y me lo quitó todo. Y sigo teniendo la sensación de que aún no he perdido lo suficiente. De que la vida aún me puede dar otra bofetada, de esas que no te esperas, de esas que te hacen pasar del paraíso al infierno.

Y en realidad ya no solo es por esa fecha, sino por las fechas que eran, por las fechas que son… Cualquier persona festera que me este leyendo me entenderá: preparativos, nervios, ilusión, emoción… nuestras fiestas están cerca y empieza la magia.

Pero para mi la magia se perdió el año pasado con aquella caída tonta, con aquellas visitas a la UCI esperando un milagro, que llegó, claro que llegó, pero tú estabas en el hospital y yo sobreviviendo a las fiestas por mis hijos y mi marido, tal y como tú me pediste. Porque vimos la Romería en la tele de la UCI y, apenas sin poder hablar, me decías “no seas tonta y vete que ya son fiestas y Pedro tiene que disparar”. Y cuando parecía que la vida nos daba una segunda oportunidad, todo se truncó…

Tú papi me enseñaste a amar y a vivir las fiestas intensamente, me enseñaste todos los actos previos, los nervios del día 5 que, ansiosos por ver pasar la Banda a las 4 de la tarde, cuando pasaba me decías “ale, ya se han pasado fiestas” y yo me enfadaba contigo porque no entendía nada. Contigo descubrí como vivir las fiestas del 9 al 4 de septiembre y del 4 al 9, qué es salir de escuadra y como disfrutar de cada segundo.

Ágora Habla con el deporte local y comarcal, siempre en movimiento

Así que comprenderás que esto ya no es lo mismo sin ti, que intentaré buscarte en cada silla, en cada hueco y tú no estarás. Que cada día es más duro del anterior sin ti, sin ella… pero en estas fechas aún más. Y no, no lo puedo remediar, este día me recuerda al principio del fin. Y podría contar segundo a segundo como fue esa día, y todos los posteriores con todo lujo detalles porque están en mi cabeza en bucle cada día y no, no le puedo dar al pause.

Casualmente el otro día encontré mi discurso de mi presentación como madrina de mi comparsa allá por el 2006 y una parte decía: “Me ha enseñado tantas cosas sobre la fiesta que me es imposible describirlas todas, ante todo, me ha enseñado a amarlas y disfrutarlas… este es mi pequeño homenaje a mi padre, esta banda es gracias a ti papa…” Uff lo que lloraste ese día, y bueno, alguno más, porque estuviste a mi lado ese año y todos, daba igual que saliera de madrina, de cabo, embarazada de nueve meses tragándonos las más de cinco horas de entrada, subiendo a tus nietos a la carroza… siempre a mi lado. Pero este año no lo estarás, este año ya no puedo esperar a que suceda el milagro y eso, papi, duele, duele mucho… tanto que me siento incapaz de afrontar estas fiestas.

Inevitablemente este año debo mirar mucho al cielo cuando esté desfilando porque quiero pensar que estaréis aplaudiéndome y con lagrimillas en los ojos al verme desfilar a mi, a vuestro yerno y a vuestros nietos. Y más cuando vuestro nieto más pequeño va a ser el capitán de su comparsa al año que viene…

23 de agosto de 2023, un año después solo le pido a la vida que me deje en paz, que deje tranquilos a los míos por un tiempo porque dos bofetadas tan seguidas son difíciles de superar.

Promedio 5 / 5. Votos: 8