A lo largo de los capítulos hemos visto todo tipo de seres extraños en
las parálisis del sueño, en esta ocasión seguimos con las entidades que
más se acercan a la mitología como en el anterior relato de los íncubos y súcubos.
Si crees que eres muy sensible a partir de aquí debes de llevar un poco
de cuidado, ya que cabe mencionar que el relato es muy sangriento y
visceral, muy parecido al capítulo IV,
donde aparecían dentro de la habitación 4 seres donde se desollaban los
unos a los otros creando para el testigo una imagen dantesca y de
auténtico terror.
Aquí os dejo el siguiente relato, por seguridad la chica nos ha pedido que sea de forma anónima:
Licántropo
«Todavía estoy en estado de shock, ya han pasado unas cuantas noches
desde aquella visión tan horrorosa, creo que al final debería de ir a
algún psicólogo o algo.
Fue hace exactamente cinco noches, la verdad que no estoy pasando una
buena época, ya sabes… me quedé en paro, me dejó mi novio y también
unos cuantos problemas familiares que ahora no vienen al caso.»
«Esa noche antes de meterme en la cama me puse mi música, recordando
viejos tiempos me puse a llorar, dolida y harta de todo el mundo.
Sin darme cuenta me dormí, llegó un momento en que desperté, pero
algo me ocurría, ¡no podía moverme, algo me observaba y acechaba! Podía
ver la hora, ya que tengo un reloj proyector, eran las 3:11 de la
madrugada. Angustiada, podía observar que el reloj no avanzaba aunque
para mi se estaba haciendo eterno, pero la cosa no acaba aquí, me
esperaba algo mucho peor.
¡Se empezaron a escuchar aullidos, ladridos y gruñidos, era como una
jauría de lobos! ¡Mi cama empezó a tambalearse, parecía un terremoto! Pararon de golpe, ¡pero acto seguido algo se arrastraba desde debajo de
mi cama hacia fuera de ella, después vi como poco a poco algo se
levantaba desde el suelo hasta el campo de mi visión!»
«¡Estaba aterrorizada, aquella cosa era peluda, unos ojos brillantes
con grandes colmillos y gruñía, se abalanzó sobre mi abriéndome en
canal, el dolor era intenso, esa cosa estaba comiendo de mi, había
sangre por las paredes, la sed de sangre de esa bestia era enorme, del
dolor creo que incluso me desmayé o no se, aún medio inconsciente dentro
de la propia parálisis podía escuchar el sonido de mis entrañas
entrando en su boca!»
Al despertar estaba un poco amnésica y asustada, con lágrimas en los
ojos busqué a mi madre y se lo conté, ella decía que era una pesadilla,
pero lo que viví fue algo más, fue como vivir dentro de una película de
terror. Han pasado ya unos cuantos días de esto, todavía vivo con el
miedo de irme a dormir cada noche y volver a pasar por algo parecido.»