El pasado mes de marzo tuvo lugar en Villena las II Jornadas de
reflexión de Repensar las Ciudades desde una perspectiva de género. Unas
jornadas en las que pudimos aprender a ver la ciudad con otra mirada, teniendo
en cuenta el punto de vista de otras personas a las que no se les suele
preguntar a la hora de diseñar una ciudad.
La ciudad es el espacio público en el que se desarrolla la vida
cotidiana de más de la mitad de la población mundial por el éxodo que se ha ido
dando, y su diseño no está dando respuesta adecuada a la satisfacción de las
necesidades de las personas en una sociedad compleja y diversa como es la
actual.
La ciudad se ha convertido en muchos casos en un espacio hostil
para el desarrollo de la vida cotidiana, especialmente para los colectivos más
vulnerables. Si reflexionamos sobre los criterios que han marcado el diseño y
la gestión de las ciudades nos daremos cuenta que a menudo han respondido a la
lógica del mercado y han priorizado en exceso el servicio a la producción. Su
diseño se ha realizado de forma mayoritariamente por hombres y ha partido de
las necesidades de un “hombre tipo”: autónomo, autosuficiente y orientado a la
producción mercantil, dejando en suspenso la atención a la esfera de la
reproducción social y el mantenimiento de la vida y del territorio.
Esta visión ha dado lugar a la generación de espacios
diferenciados en las ciudades para las distintas funciones alejados entre sí,
es decir espacios para viviendas (urbanizaciones), espacios para el trabajo
(polígonos), espacios para las compras (grandes almacenes), jardines
infantiles, espacios para mayores… lo que hace necesario y
aumenta la dependencia del transporte privado y obliga a desplazamientos
diarios. Hemos ido creciendo en calles y
carriles para coches, hurtando, cada vez más, espacios públicos de encuentro,
de descanso, de ocio, en favor de la circulación y los aparcamientos. Nuestras
calles no facilitan
la interrelación y la participación, no potencian el tejido social. El
urbanismo con perspectiva de género, urbanismo ecofeminista es crítico con este
modelo.
El urbanismo con perspectiva de género
no es un urbanismo exclusivo de las mujeres, es un urbanismo que tiene en
cuenta todas las etapas de la vida del ser humano, desde la infancia a la
vejez, y cuenta con sus voces, tomando en consideración las diferentes
situaciones, condiciones, aspiraciones y necesidades de mujeres y hombres.
Tenemos la obligación de integrar el enfoque de género en todas
las fases del proceso urbanístico, desde el diseño, la participación, la
planificación y la ejecución, hasta la evaluación y el seguimiento y esto lo
podemos hacer provocando desde cambios pequeños y de escasa dificultad, hasta
actuaciones más complejas. Son cambios que afectan al espacio urbano en todas
sus escalas, desde la vivienda y su entorno inmediato, al barrio y al resto de
la ciudad.
Podemos enumerar los distintos aspectos urbanísticos que debemos
tener en cuenta a la hora de diseñar la ciudad desde esta perspectiva:
·Modelo de ciudad.
·Percepción de
Seguridad
·Espacios
públicosy accesibilidad
·Movilidad
·Vivienda
·Representatividad
y señalización urbana
·Participación
ciudadana
Destacamos entre las múltiples
propuestas urbanísticas que se proponen en este sentido:
- Orientar la planificación hacia
un modelo de ciudad compacta, relativamente densa, de distancias cortas y
proximidad, con buen sistema de transporte público y espacios públicos
seguros y de calidad, que responda mejor a las necesidades de cuidado.
Reutilización de suelos urbanos infrautilizados o degradados y edificación
de solares vacíos. evitando desarrollos urbanísticos extensivos, que
ocupen más suelo, ytambién los
monofuncionales de actividad estilo “parque temático”, “ciudad de la
justicia” ,“zona residencial” o “complejos de ocio y compras”. - Fomentar la mezcla de usos en un sistema
de equipamientos de los barrios que cubra las necesidades del cuidado de
menores y mayores dependientes además de los tradicionales equipamientos
asistenciales, escolares, sanitarios, educativos, deportivos y culturales,
con distancias a las viviendas accesibles a pie y con espacios de relación
y árbolado.
Un buen ejemplo práctico de actuación que hemos llevamos a cabo en
Villena es “la reurbanización de la Plaza del Mercaico Negro” proyecto que nos
fue reconocido por la Generalitat Valenciana con una mención de honor en los
premios de Vivienda, movilidad y urbanismo con perspectivo de género en marzo
de 2018. Desde Verdes de Europa consideramos que nuestra ciudad necesita que se
den más actuaciones de este tipo,teniendo en cuenta la voz de la vecindad y sus necesidades