Cada vez vemos como las máquinas-aplicaciones nos ayudan en la vida cotidiana a realizar muchas tareas de diversa índole. Cuando la piratería hizo de los tenderos de discos su casi completa desaparición, nunca pensé que sería el primero de una larga lista.
Claro está que el progreso es necesario para hacernos una vida más cómoda, pero últimamente se ve peligrar muchos puestos de trabajo en una sociedad cada vez más competitiva e inmune a la deshumanización por parte de los grandes capitales.
“Quakebot” es un robot que mientras el periodista duerme es capaz de escribir a los pocos minutos una noticia que se acaba de producir. Suena increíble y soy de los que piensa que nunca será igual que una máquina escriba igual que una persona, pero es inevitable pensar en el fantasma de los despidos y la oportunidad de algunos pocos para ahorrar en personal y ganar más ante estos nuevos avances.
Colectivos como los taxistas andan molestos con aplicaciones como “Blablacar”, los “Ebooks”, Amazone, Ebay fueron y son quebraderos de cabeza de libreros, disqueros y muchos más comercios tradicionales ven amenazados sus negocios por la imposibilidad de competir con el comercio electrónico de grandes grupos financieros e incluso negocios tan aparentemente seguros como los alojamientos hoteleros se están viendo amenazados por webs y aplicaciones de intercambio de residencias.
Esperemos que todos estos avances tengan su momento de éxito y buen uso y se avance en invertir y consumir en empresas de crecimiento responsable y sostenible creando riqueza en la zona, el verdadero voto como decía John Lennon, es nuestro dinero.
Oía hace poco a un oyente de Radio 3 en tono crítico-sarcástico que hoy en día lo más revolucionario es cultivar un huerto ( Gustavo Duch) según él, la verdadera revolución ahora es no tener hijos, esperemos que no y que surjan personas que propicien buenos cambios económicos en la creación de empleo. A lo peor podrían crear un buen sueldo robótico-virtual para todos que nos haga tener una buena vida real.
