Ayer, Luis García Montero presentaba en la KAKV su poemario «Un año y tres meses» que dedica a la enfermedad y muerte de su mujer y compañera de vida Almudena Grandes.

(..)

«No me quejo tampoco

de los cuidados pailativos,

la memoria con gasas,

y la conversación inevitable.

No me quejo de verte morir entre mis brazos.

(..)

«Comprendí el argumento de esta historia,

en la noche estrellada,

una historia de amor,

este año y tres meses,

Ágora Habla con el deporte local y comarcal, siempre en movimiento

estos días finales que ya son,

ahora, recordados,

los más felices de mi vida»

Y si, rescato estos versos extraídos del poema «Un año y tres meses» del libro del mismo nombre de Luis García Montero. Y lo hago, no solo porque ayer me emocionara al escucharlos de la voz de Lola Rosique, sino porque describe a la perfección lo que muchas personas hemos tenido que vivir.

En menos de un año he perdido a dos de los pilares fundamentales en mi vida. Primero a mi madre, un 19 de octubre del 2021, y el 13 de octubre de 2022 a mi padre. Es la primera vez que escribo sobre ello y pongo sobre el papel mi pequeña experiencia. Y digo pequeña, no porque no haya sido dura, todo lo contrario, lo sigue siendo, sino pequeña porque sé que muchas familias han perdido a un ser querido y su vida, ha cambiado para siempre. De ahí el nombre de esta sección «Trece19» y de un proyecto que, espero, no tarde en ver la luz.

Ayer, Luis García Montero presentaba su poemario «Un año y tres meses» que dedica a la enfermedad y muerte de su mujer y compañera de vida Almudena Grandes. García Montero, guiado por Ángel Luis Prieto de Paula, hizo una breve reseña de su vida, de su escritura, de sus influencias desde pequeño como Lorca, de su amistad con Rafael Alberti y Gloria Fuertes y de la importancia de que la literatura nos habla de la vida. García Montero destacó que la poesía va más allá del deshago biográfico porque la verdad es un punto de llegada, el verdadero poeta no dice lo primero que se le ocurre.

Sin embargo, de toda su intervención, me quedo con una reflexión que realizó casi al final «cuando un ser querido muere, hay dos muertos, uno sigue en pie, el otro no. Por ello, el que sigue en pie debe agradecer muchas cosas, la importancia de cuidar, y ser cuidado, la importancia de las pequeñas cosas. La muerte es la pérdida, pero la vida tiene su sentido y te duele porque habéis disfrutado de algo muy importante».

Y así es, cuando pierdes a alguien, algo en ti muere para siempre y solo te toca seguir levantándote día a día, luchando contra viento y marea en la vida cuando a veces no le encuentras sentido. Tantos porqués sin resolver, tantos ¿Y si…? sin aclarar y tantos recuerdos aglutinados que pasan por tu cabeza como si se tratara de una película de otro siglo.

El duelo es un camino complicado y muy desconocido. No nos enseñan a recibir estos golpes de la vida, nunca pensamos que nos vaya a pasar pero…por supuesto que pasa. El duelo sigue siendo un tema tabú en niños, pero también en adultos cuando no debería de ser así.

Aún no he podido terminarme el libro de García Montero porque no puedo evitar llorar en cada uno de sus poemas, prometo hacerlo, al igual que prometo volver a hablar de duelo y de mi propia experiencia porque, aún me queda mucho camino por andar.

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