Un año más hemos podido realizar otro viaje en bici,
esos momentos que como el disco de los «Gabinete Galigari» quedan grabados para siempre por la intensidad con la que se vive
en primera línea de camino.
Primer día: Salimos
de Villena y decidimos coger la carretera de «Ayora» que pasa por
«Cofrentes» para llegar a «Teruel» habiendo pasado por Requena-Utiel,
Ademuz, Libros y un sin fín de pueblos que hace que el trayecto sea
agradable y entretenido. Comenzamos dejando el coche que nos llevó a
Almazán (Soria) allí hacemos noche justo en la Puerta de la Villa que da
acceso a la Plaza Mayor y la Iglesia de San Miguel. Recomendamos pobrar
la Paciencias y las Yemas de «La Casa de las Yemas» fundada en 1820.
Segundo día:
Día nubloso y con amenaza de lluvia comenzamos a ciclar dirección »
Burgos de Osma», nada más salir de Almazán nos introducimos en bosques
espesos de pinos a los que les hacen cortes en el tronco para con un
vaso de plástico recoger la resina que expulsan, el «Desroñe» muy
arraigado en el población «Tardelcuende».
Continuamos y paramos a
reponer fuerzas en la iglesia de San Miguel de Arcángel que poseé una
galería románica que hizo que la comida fuera un lujo al alcanze de muy
pocos y sita en la entrada de la población llamada «Andaluz», la zona estaba rodeada de grandes campos de girasoles.
Rumbo a
«Berlanga de Duero», entramos en la población y primer pinchazo del viaje,
aunque fué un buen sitio hacerlo cerca de un bar que nos vino muy bién
para hidratar el cuerpo. Solucionado el problema nos adentramos en la
población y quedamos sorprendidos por la cantidad de monumentos
históricos como el Castillo o el Palacio. En la Plaza Mayor coincidimos
con un par de chicas ciclistas que mucho más valientes que nosotros
venían de Vitoria para terminar en Valéncia enganchando por Teruel la
vía verde «Ojos Negros».
Continuamos buscando el Gr-86 y nos
lleva a una vía abandonada de tren que se convirtió en unos de los pasos
menos ciclables del viaje, un par de puentes tuvimos que cruzar llenos
de maleza y las vías llenas de pinchos hicieron que uno de nosotros
pinchara. Llegamos a «Quintanas de Gormaz», pueblo de tan sólo
152 habitantes en donde aprovechamos para recargar otra vez fuerzas,
nos llamó la atención la llegada a la plaza de un Super-Camión, o sea
una furgoneta supermercado que portaba bastantes productos ¡qué bueno!
La
tarde empieza a caer y partimos al destino que nos acogerá para el
merecido descanso «Burgos de Osma» 80kms ya pesan. . De interés turístico
y centro de servicios de muchas pequeñas localidades cercanas pasa el río Ucero, posee Castillo, Catedral y una Plaza Mayor en la
que se encuentra el Ayuntamiento que es un edificio muy bonito del Siglo
XVIII, la localidad tiene una calle llena de comercios bajo los
pórticos castellanos con pilares de madera, maravilla.
Tercer día:
Madrugamos ilusionados porque sabemos que nos adentramos en uno de los
mejores momentos del viaje, cruzar todo el cañón del Río Lobos, la primera parte de 12kms es transitada por gente a pié hasta el
puente de los 7 ojos y una segunda que completa los 25kms mas salvaje y
por la tanto técnica que nos hizo comenzar viendo el río que debíamos
cruzar constantemente para seguir la senda hasta desaparecer y
reaparecer para comprobar que en temporada seca se esconde bajo tierra,
fué un día estupendo en el que disfrutamos viendo multitud de buitres
anidados en las peñas del cañon y la belleza del entorno
.
Salimos
del Cañón, pasamos por «Casarejos» y por el pueblo del Santo de mi
segundo nombre «San Leonardo de Yagüe», llegamos a «Navaleno» en donde
comenzamos a ver mucha vaca y buey, cada vez estamos más al norte de la
provincia. En «Covaleda» subimos un buen puerto que nos deja ver una
vista impresionante de toda la sierra que hace se nos pierda con la
cantidad de arboleda de pino y carrasca, el tiempo apremia y acabamos de noche tras una
bajada que nos hizo pasar un frío de invierno, ni me imagino el de
enero en «Duruelo de la Sierra».
El frío por las mañanas
a pesar de estar en septiembre y del fín de la ciclogénesis es
considerebale 4-5º, el dueño del hostal nos comenta que la noche
anterior habían llegado a -1º.
Cuarto día: Llega la etapa
reina, objetivo subir a 1800 metros de altura, transcurrida toda la
mañana y buena parte del mediodía soportamos la subida con una cantidad
de coches en busca de setas, parecía que estábamos rodando por alguna
nacional, menos mal que el paisaje montañoso y la frondosidad de la vegetación lo arregló. Nos desviamos de la subida a los «Picos de Urbión»,
llegados a meta descubrimos «La Laguna Negra» y junto a ella una cascada
de agua saltando desde la cima de la montaña que resultó ser el
nacimiento del río Duero. Por tiempo y bártulos no pudimos, pero si la
visitais en coche, muy recomendable la senda que sube al nacimiento.
La
rápida bajada nos recordó el vivo ejemplo de lo que cuesta ascender en
la vida, abajo nos esperaba otra noche esta vez en «Vinuesa». Mucho
movimiento turístico por la temporada alta de setas y el interés turístico
de la población.
Quinto día: Salimos con el frío mañanero
por el embalse que nos ofrece ciclar con una senda cerca del agua que
nos entretiene y nos aleja del Gr-86 que sigue su vuelta a la provincia,
nuestro tiempo se acaba y partimos a «Soria» capital cruzando fincas de
ganado debiendo abrir lal puerta de alguna cerca que no cortaba el paso de los
usuarios rurales.
Llegados a Soria ciudad en domingo a mediodía
da tiempo a disfrutar del ambiente de tapas que se vive para acabar
dando una vuelta en bici por los monumentos y calles de la ciudad, encontrándonos una fiesta multiracial en una de sus plazas, vemos
ganar a España en la final del Eurobasket 2015 contra Lituania.
Sexto día:
Salimos de Soria por el borde del Duero lo que nos hizo pensar que la
vuelta a «Almazán» iba a ser bonita y entretenida lo que se convirtió en una
aburrida vía de servicio junto a la autovía, la opción de ir entre
montañas se vió truncada por un terrateniente que no nos dejó ciclar por
la finca.