Cuando un partido político, o alguno de sus miembros, comete una conducta tipificada como “apropiación indebida” está vulnerando la
ley. Y tras la oportuna sentencia deberá asumir las consecuencias penales o
administrativas que se deriven del delito. Desgraciadamente ha habido muchos
casos de corrupción en los últimos años que han contribuido a desprestigiar,
con motivo, la labor de las personas que nos dedicamos a la política. Pero no todos los partidos ni todos los
políticos somos iguales.
A pesar de lo ocurrido es necesario seguir reivindicando la función
de servicio público que llevamos a cabo aquellos que, sin vivir de la
política ni cobrar un sueldo por ejercerla, ostentamos un cargo electo. Además,
con nuestras posibles limitaciones, asumimos con orgullo nuestra
responsabilidad intentando hacerlo lo mejor posible, compatibilizándolo con
otras tareas profesionales fuera del ayuntamiento.
El compromiso con la democracia y la ciudadanía que nos votó se
demuestra a diario a través de la tarea que desarrollamos fiscalizando al
gobierno y proponiendo medidas alternativas desde la oposición que puedan
ayudar a mejorar nuestro municipio. Solo así, materializándolo con hechos y no
solo con palabras desde el comienzo de la legislatura, nos haremos merecedores de la confianza y el respaldo de nuestros
vecinos y vecinas.
Cuando se acercan las elecciones
crece el ruido incesante, se multiplican en los medios de comunicación las
apariciones de los políticos, mientras se elevan a niveles insufribles el
enfrentamiento y la discordia. Parece
que todo vale con el fin de ganar votos, tocar la fibra sensible y emocionar al
público que asiste impertérrito y estupefacto al espectáculo.
En el PSOE comprobamos con sorpresa y decepción como los Verdes y el
Partido Popular están utilizando partidistamente los símbolos municipales
que deberían quedar al margen de la contienda electoral. Esa apropiación
indebida que busca el efectismo no es un ilícito legal, pero sí es una práctica
abusiva e inaceptable desde el punto de vista ético.
En su último comunicado los
Verdes, pretendiendo justificar su ineficaz y lamentable tarea de gobierno,
acompañan el texto con una fotografía de su candidato, Francisco Javier
Esquembre, en el despacho de Alcaldía,
confundiendo lo institucional con lo partidista. Detrás, un cuadro del
Tesoro de Villena, las banderas española y valenciana, junto al logo de los
Verdes en la parte superior. No es la composición ni el lugar más apropiados
para ilustrar una nota de prensa firmada por un partido político con fines
electorales. Tampoco es de recibo que entre todos hayamos pagado con dinero
público contenido de una fugaz página de Facebook, puesta en marcha durante
unos meses el año pasado, para mejorar
la deteriorada imagen de la primera autoridad local.
Por su parte, el Partido Popular
está difundiendo un video electoral en
el que usa el emblemático patrimonio histórico, monumental y festivo de todos
los villenenses y la bandera de todos los españoles para sus intereses
partidistas. Villena es muchas cosas, claro que sí, pero no es propiedad
privada del PP. El mismo partido que da cobertura a perfiles falsos que han
aparecido las últimas semanas en redes sociales y que se encargan de intoxicar
y difundir comentarios en las mismas. Si
son capaces de recurrir a estas artimañas y trucos de trileros ahora, qué no
harían si llegaran a gobernar el ayuntamiento.
Desde el PSOE de Villena nos
comprometemos a hacer una campaña
transparente y limpia, explicando nuestro programa de gobierno y nuestro
proyecto de municipio, para seguir avanzando en los logros conseguidos
entre 2011 y 2015. Un fructífero periodo del que parecen renegar los Verdes y
que desea negar y ningunear el PP.
En el Partido Socialista
defendemos la pluralidad, la diversidad y la libre adscripción política de los
villeneros y las villeneras, sin querer
apropiarnos injustamente de sus sentimientos, personales o colectivos, ni
monopolizar sus señas de identidad.
