Hola a todos de nuevo. A pesar de la prolongada ausencia ya me encuentro de vuelta; esta vez con un tema teóricamente muy conocido por todos, pero a la vez desconocido en gran medida. Tal y como reza el título, vamos a hablar de lo que popularmente se conoce como vídeos “motivadores”. A partir de este punto trataré de desmontar o desglosar( si así queda menos agresivo), diferentes creencias acerca de esta práctica tan generalizada, siempre desde el punto de vista de mi disciplina (la Psicología del Deporte) y basándome en mi aprendizaje adquirido en esta ciencia.
En primer lugar cabe hacerse la distinción conceptual de que , esencialmente no se está trabajando la motivación, sino la activación, es decir, vemos una serie de secuencias épicas con mensajes heroicos y nuestros niveles fisiológicos (ritmo cardíaco, presión arterial..) aumentan, y con ellos se produce una activación cognitiva. Sí que es cierto que las diversas variables psicológicas no son independientes unas de otras, y que si conseguimos una buena activación, nuestra motivación es probable que se encuentre en buen estado y viceversa.
El peligro viene ante lo siguiente: Supongamos que un entrenador de X equipo decide preparar o buscar por Internet un vídeo para que sus jugadores salgan “enchufados” antes de un partido. Imaginemos ahora que unos cuantos deportistas de este equipo tienen una gran confianza en sí mismos y perciben el gran partido que se avecina como una oportunidad para destacar sobre el rival, mejorar ellos mismos y crecerse ante la adversidad, además d de poner a prueba sus habilidades entrenadas. En este caso podría serles útil dicho vídeo, pero también podría resultar totalmente innecesario, si su motivación, expectativas sobre ellos y el partido, su activación y concentración están bien ajustadas.
Ahora encontramos, en el mismo equipo, a una serie de jugadores, los cuales, por diversos motivos, se sienten presionados ante un partido tan importante, excesivamente nerviosos y con unas expectativas no demasiado halagüeñas. De repente se apagan las luces y ante ellos encuentran una proyección épica realizada con fragmentos de películas bélicas y frases grandiosas y heroicas.
¿Qué efecto tendrá en este grupo de jugadores? ¿Les hará salir a “comerse el campo” o más bien echará más leña al fuego de la presión que sienten en ese momento?
Y no estamos hablando de una situación extrema. En un vestuario hay una gran diversidad de caracteres, pues cada persona es un mundo, y cada individuo afronta una situación de diferente manera. Por tanto, si jamás vamos a estar ante un grupo totalmente homogéneo, ¿por qué tratar a todos los individuos de un equipo como si fueran uno solo?
Por todo esto, si a los únicos que no les va a causar perjuicio visualizar estos videos es a los deportistas que posean una óptima preparación mental , no resulta lo más acertado ponerles enfrente de la pantalla; ya que, como he afirmado anteriormente, para este grupo puede llegar a ser innecesario, puesto que ya se encuentran preparados, pero es que, muy probablemente, para la parte del vestuario que se siente presionada y nerviosa, no hará otra cosa que acrecentar ese estado.
Por tanto: Resultado final, peligro.