Todos y cada uno de
nosotros tenemos momentos, una chispa que nos inspira o nos hace
sentirnos orgullosos de una acción, de un pensamiento, o de la
pertenencia al sueño colectivo de un grupo de almas soñadoras, que
en un sinfín de días de sombrío trabajo desean abrazarse a un
momento en el que el encuadre sea perfecto.
Ese día llegó el pasado
sábado en el increíble partido que más de 200 espectadores
pudieron disfrutar en las gradas del pabellón municipal de Villena,
en la composición onírica de este sueño, los elementos principales
fueron un equipo visitante con una calidad descomunal en cada uno de
sus efectivos, un conjunto de guerreros que bajo el nombre de
Bel-liana convierten en fortín su casa, y una afición empujando
hasta el final.
El conjunto sénior derrotó al Callosa del Segura por 8-1. El duelo dio comienzo con reparto de protagonismo, por una parte el equipo de la vega baja
con un juego elaborado y con mucha profundidad en las bandas causando
desajustes en la defensa local, mientras los locales mostraban una
velocidad desbordante tanto en defensa como en ataque que en tres
pases se formaban y finalizaban en el marco rival.
Con el paso de los
minutos se solucionó el problema defensivo cerrando los pasillos
laterales alternando marcajes zonales con individuales y coberturas
que abortaban el uno contra uno de los jugadores callosinos. La buena
colocación defensiva da pie a continuas contras que acumulan
oportunidades, hasta que en una de ellas nos adelantamos con gol en
propia puerta. Los jugadores del Bel-liana van entrando en juego uno
tras otro demostrando que cada uno de los que son de la partida
aporta algo diferente al juego, ya fuera presión, ritmo o un
estupendo gol como el que Miguel Ángel materializara para llevar a
los locales al descanso con una ventaja que da confianza a unos y
hace ver fantasma a otros poco acostumbrados a perder.
8-1, resultado final, día perfecto en el que las musas hicieron acto de presencia, haciendo de un sueño una certeza, pues como dijo Picasso cuando vienen las musas siempre me encuentran con los pinceles en la mano, y Bel-liana se puso su mejor traje para bailar con todas las musas que vinieran a visitarles.