La apuesta de Sufrimiento & Gozando por buscar una alternativa a los conciertos que suele programar para invierno, finalizó con un notable alto.
Marcos Rubio, gerente de la empresa promotora, tendrá un dilema. Apuntó esta semana que si el público respondía y si económicamente resultaba rentable, se podría repetir en años venideros. Lo que es cierto que de lo primero, la gente apostó, y de lo segundo, ya se conocerá en breve.
‘El Villena Pop Night’ aterrizó en la Plaza de Toros como prueba, y con un marcado a acento musical de grupos míticos con una dilatada carrera, con un estilo musical para un público que añora esa edad de oro del pop-rock nacional.
El Último Tributo
Se apostó por tres bandas con más de 30 años a sus espaldas, y un tributo a El Último de la Fila por parte de El Último Tributo, que demostró el por qué triunfa por donde pasa. Fueron los primeros en saltar al escenario, en una noche fría, y pronto hicieron bailar a los allí presentes.
Con una puesta en escena excelente, y un sonido magnífico durante las seis horas de música en vivo, El Último Tributo recordó temas imprescindibles de la banda de Manolo García y Quimi Portet.
Durante 60 minutos, el respetable supo premiar una actuación perfecta, con unos grandes músicos. Era cerrar los ojos y escuchabas esa voz tan peculiar de Manolo García. Si tenéis la posibilidad, no perderos ninguna de sus actuaciones. Notable su actuación.
La Guardia
Tras un breve parón, el turno fue para La Guardia. Los granadinos estuvieron a la altura, repasando sus temas más conocidos, y ante un público entregado. «Mil calles llevan hacia ti» fue el tema más vitoreado, con un sonido limpio y unos músicos excelsos. Estuvieron a la altura, como era de esperar, y con un Manuel España que sigue transmitiendo al público las letras nostálgicas de sus canciones. No faltaron temas como «Cuando brille el sol», «El mundo tras el cristal» o «Blues de la Nacional 2».
Danza Invisible
El espectáculo sobre las tablas del escenario lo puso Javier Ojeda, líder y vocalista de Danza Invisible, que contó con la ayuda del guitarrista de La Guardia, y lo hizo a la perfección. Pero lo de Ojeda es digno de reseñar. Arrítmico total, como en él es habitual, y en el buen sentido de la palabra, interactuó con el público, con éste entregado. Fue un verdadero espectáculo, aunque vocalmente no es el mismo de hace 30 años, pero lo dió todo con los temas más conocidos y alguna que otra balada, que no falta en el repertorio de la banda malagueña.
La actuación fue soberbia, y lo mejor lo dejaron para el tramo final de su actuación. No faltaron esos ‘temazos’ como «Sabor de amor», «Catalina», «Reina del Caribe», «A este lado de la carretera» del incombustible Van Morrison, «Sin aliento», «Pegado a tu cuerpo», sin desmerecer la sutileza con que explica la tortura que a veces supone encontrarse «Sin ti».
Celtas Cortos
El cierre, apoteósico, lo puso Celtas Cortos. Impresionante concierto de los vallisoletanos, que mezcló ritmos celtas, con ska y una excelente puesta de escena por parte de unos músicos que domimaban a la perfección los instrumentos como gaitas, violines, trombón de vara y ese punto de rock, bajo la excelente y peculiar voz de Jesús Cifuentes, con explicaciones de los temas que interpretaban, a favor de la tolerancia. Combinaron sus excelentes temas instrumentales, con canciones como «Retales de una vida», «Lluvia en soledad», «Tranquilo majete».
Uno de los mayores momentos de complicidad con los asistentes se vivió cuando «Cifu» tuvo un recuerdo especial para los millones de refugiados y desplazados a quienes dedicó la canción «El emigrante». Cerraron el concierto con «Cuéntame un cuento» y con las ganas de haber estado más tiempo sobre el escenario.
A la postre, una gran apuesta por parte de Sufrimiento & Gozando, donde el público respondió y disfrutó de esa música indispensable que debe de seguir sonando por los escenarios españoles por mucho tiempo. ¿Una segunda edición del Villena Pop Night? Ojalá sea así.