“Nos parece lamentable que el discurso probélico crezca mientras la población muere y la industria armamentística hace caja”.
Tras un año de la guerra en Ucrania la Asamblea Verde muestra su preocupación por el contínuo avance del tono bélico y la debilidad de las propuestas para alcanzar un alto el fuego que detenga tanto sufrimiento y destrucción. Siete mil civiles han muerto, casi 12.000 han resultado heridos, 8 millones de personas refugiadas, alrededor de 20.000 militares de ambos bandos, miles de millones y millones de euros en pérdidas económicas y un daño medioambiental inmensurable.
Consideramos que todas las acciones de solidaridad con el violentado pueblo ucraniano son necesarias y urgentes, tan urgentes como reactivar las posibilidades de buscar un acuerdo negociado de paz. La locura de Putin como agresor e invasor no debe ocultar la necesidad de cambiar la búsqueda de solución a este conflicto.
Desgraciadamente son más los tambores de guerra que los de paz. No cuestionamos el derecho a la legítima defensa de un país, pero sí nos parece lamentable que el discurso probélico crezca mientras la población muere y la industria armamentística hace caja. No olvidemos el aumento en la cotización de las acciones pertenecientes a las principales compañías fabricantes de armamento (algunas hasta un 150 %). Los líderes andan calentitos mientras los soldados se matan.
Hemos visto en directo cómo se destruyen vidas, cómo se destruye el medio ambiente, hemos sufrido cómo se daña la economía pero desconocemos si hay alguien al mando para reconstruir los lazos entre las personas, las ciudades y los países porque la guerra terminará de manera negociada y cuanto antes comience ese proceso mucho mejor.
La paz no se improvisa y desde la Asamblea Verde estamos convencidos que esfuerzos por transformar el conflicto hacia una salida negociada valdrían la pena.