Septiembre es, al igual que enero, meses en los que nos proponemos unos cuantos cambios en nuestra vida, hábitos más saludables, nuevos objetivos, etc…Pero…..¿no serán los mismos que te propones cada año y nunca terminas de cumplir?, puede que sí. Como nutricionista me centraré en hablar de aquello que durante esta semana no dejo de oír: «ahora que ya se han terminado las vacaciones, voy a ponerme a dieta».

Los que me conocéis sabéis que no me gusta utilizar la palabra «dieta» en el contexto que la mayoría de la gente suele utilizarla, como sinónimo de prohibición, sacrificio, conflicto…si pensamos así, poco vamos a avanzar por el camino correcto, ¿y qué camino es el correcto? aquel donde encuentres respuestas que te ayuden a mejorar en tu alimentación y estilo de vida.

Soy consciente de que hay mucha información a nuestro alcance, pero ¿sabemos hacer un buen uso de dicha información? ¿sabemos si realmente lo que nos cuentan en un paquete de un producto procesado es tan beneficioso?, en la mayoría de los casos no, no sabemos interpretar la información de un producto, nos limitamos a ver cuántas kcal tiene y poco más y ese no es el mejor camino. Pensar que la industria alimentaria no se preocupa precisamente de nuestra salud y cómo mejorarla, sus intereses son bien distintos.

Lo mismo nos ocurre con la báscula!!!, nos subimos a ella y nos alarmamos, «tengo que perder los kilos que he aumentado este verano», «esta barriga de la felicidad ya no me queda tan bien», «me veo hinchada, no hay ropa que me siente bien», os suenan estas frases, ¿verdad?, ¿os habéis parado a pensar cuánta o qué información os da ese número que sale en vuestras básculas cuando os subís?, pues eso, sólo es un número, ni más ni menos, un número. No te informa de tus hábitos, ni de tu composición corporal, ni si tienes más o menos grasa, en fin, no te da la información necesaria para cambiar tus hábitos, te da la información alarmista de que sí o sí tienes que ponerte a «dieta estricta», no podemos ser tan conformistas.

Nuestra responsabilidad es escuchar a nuestro cuerpo y darle lo que necesita, porque no tenemos un cuerpo, somos nuestro cuerpo. Debemos ser conscientes de los efectos de ciertas dietas que en estos meses se ponen tan de moda y que lo único que se logra es bajar de peso, desequilibrar nuestra alimentación, y una vez se abandonan volvemos al principio del camino, sin avanzar, sin aprender, sin saber interpretar, en definitiva, sin ser responsables.

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Se han creado hábitos que se aceptan como normales solo por ser habituales, y que pueden agravar o provocar enfermedades. Debemos darnos cuenta de que determinados hábitos modernos nos están enfermando, y de que sólo nosotros tenemos el poder de hacerlos cambiar, pero para ello necesitamos salir de nuestra zona cómoda, nuestra zona confort, implicarse, buscar asesoramiento, en definitiva, estar dispuesto a cambiar para mejorar.

Las personas que buscan asesoramiento nutricional son más libres, no necesitan ponerse a «dieta», no les preocupa el «después del verano..», «después de Navidad…», disfrutan de cada bocado, no se sienten culpables por comer un extra, no pasan hambre, etc, etc, etc… Simplemente han aprendido de cada paso en su camino, no retroceden, sino que van sumando kilómetros y eso, es muy saludable.

Con este nuevo post espero concienciarte y que dediques tiempo a mejorar tu alimentación, y con ello, asegurar una correcta nutrición.

«NO TE ENFOQUES EN PERDER PESO, MEJOR EN GANAR SALUD»

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