El municipio de Usurbil (Guipuzkoa) consigue reciclar más del 80% de sus residuos urbanos mediante una gestión local socialmente participativa.
El problema de los residuos es uno de los grandes retos ambientales y económicos al que se enfrenta la sociedad de consumo. En las últimas décadas el ritmo exponencial en la producción de residuos, su composición, diversidad y su persistencia en el medio, ha superado con creces la capacidad de carga de los sistemas naturales para asumir la contaminación y el riesgo ecológico y para la salud humana que suponen.
Al contrario que otros problemas ambientales, más lejanos, menos perceptibles, como puedan ser el cambio climático o la pérdida de biodiversidad, los residuos forman parte de nuestra vida cotidiana, siendo su recogida diaria uno de los servicios fundamentales de la ciudad.
Es precisamente, en la gestión urbana de los residuos y en su destino final, donde las administraciones deben llevar a cabo sistemas eficientes que ofrezcan las máximas garantías ambientales al menor coste posible. Dejando a un lado los objetivos de reducción y reutilización, que pueden y deben perseguirse, el reto de la gestión municipal pasa por la separación selectiva y el reciclaje de los residuos, de tal forma que la fracción de residuos que no se pueda valorizar y cuyo destino final sea la eliminación, debe ser un porcentaje muy pequeño del total de residuos recogidos. Es decir, se trata de conseguir que la mayor parte de los residuos que generamos se conviertan en materiales aprovechables que retornen al sistema productivo y que solo una pequeña parte denominada “rechazo” sea descartada y enterrada en vertederos controlados de residuos. No es cosa de broma, en ello nos jugamos nuestro futuro y el de las generaciones venideras.
Comentar que en los últimos tiempos en Europa aparece con fuerza, casi como solución “mágica”, la valorización energética de residuos, un eufemismo para la quema de basuras en plantas incineradoras, procedimiento con un elevado riesgo de contaminación, continua y repetidamente denunciado por las principales organizaciones ecologistas del mundo. Pues precisamente eso, el proyecto de construcción de una incineradora de residuos, justo en el límite con el término municipal de Donostia, se cierne amenazante sobre la pequeña población de Usurbil. Por ello, con valentía y mucha convicción, los gestores municipales de Usurbil se han empeñado en demostrar al gobierno vasco, a sus vecinos donostiarras y al resto de Europa que, frente a otros intereses, hay formas mucho más limpias, baratas y sostenibles para tratar los residuos urbanos. David contra Goliath.
Usurbil es un municipio Guipuzcoano de unos 6.000 habitantes, atravesado por el Río Oria, que se localiza a 10 Km. de Donostia. Como visitantes de paso, acostumbrados al empeño y terquedad de la vegetación alicantina por adaptarse y resistir a un clima tan seco, nos admira la exuberancia vegetal, que en perfecta armonía, crece en un paisaje urbano donde bosque y árbol son sagrados. No solo destaca “lo verde”, sus calles, edificios, fachadas, plazas, parques y monumentos, evocan, sin pretenderlo, el respeto de este pueblo por su cultura y tradición.
Un pequeño paseo por el pueblo, guiado por Ibon Goikoetxea (técnico de medio ambiente) y la concejala de servicios Jone Urdanpilleta, nos hace entender, de primera mano, por qué este pequeño y precioso municipio vasco se ha convertido, en pocos años, en un referente estatal en cuanto a limpieza y gestión de los residuos urbanos, que es, en definitiva, el motivo de nuestra visita. Nos comentan que hoy es “día de orgánica”. Vamos a descubrir lo que esto significa.
Sistema de recogida PAP (Puerta a Puerta)
Lo primero que nos llama la atención es la ausencia en el paisaje urbano de los omnipresentes y, porque no decirlo, molestos contenedores de residuos. En su lugar, hay instalados unos postes y estructuras metálicas, en la proximidad de los accesos a las viviendas, donde es posible enganchar pequeños cubos y bolsas que recogen, de forma separada y en determinados días de la semana, las diferentes fracciones de residuos urbanos a gestionar (restos orgánicos, envases ligeros, papel-cartón y rechazo). Cada cubo dispone de una etiqueta identificativa de la vivienda, ya que el pago de la tasa municipal de residuos se encuentra en función de la cantidad producida por hogar (pago por generación), bonificándose los hogares que participan en sistemas vecinales de compostaje, a través de pequeñas compostadoras localizadas en los espacios verdes y ajardinados de la ciudad.
Compostadora vecinal
Hoy es jueves, día de orgánica, los vecinos han dejado, entre las 6:30 y 8:30 h, los cubitos marrones que recogen los restos alimenticios de la vivienda. Son aproximadamente las 10:00 de la mañana y somos testigos de la actividad de los operarios que vacían y pasan los lectores digitales por las etiquetas de los cubos. Una operación rápida y sencilla.
Nuestro recorrido nos lleva hasta una plaza donde contemplamos un grupo de papeleras metálicas, con tapas de diferente color, para la recogida selectiva de residuos. Las bolsas son transparentes para permitir que los operarios e inspectores comprueben de un vistazo que cada cosa se encuentra en el sitio que corresponde. Nada es casual.
Con paciencia, a lo largo de esta interesante visita, nuestros anfitriones van respondiendo las preguntas que nos surgen, explicándonos, entre otras cosas, que la recogida de las zonas rurales se realiza en tres zonas de aportación, o que en muchos casos se establecen acuerdos con los comercios de la ciudad para ajustarse a las necesidades particulares de cada tipo de establecimiento, o que la recogida de aceite usado de cocina es realizada en colaboración con los supermercados y comercios alimentarios, que también participan activamente en la gestión de los residuos urbanos.
La visita toca a su fin, en el punto de emergencia de Atallu, donde los vecinos previa autorización y por tiempo determinado pueden hacer uso de los contenedores para atender necesidades urgentes, fuera de los horarios establecidos.
Punto de emergencia de Atallu
Llegado a este punto, y ya en casa, toca comparar, analizar lo explicado, lo visto, lo aprendido, para cuestionarnos hasta qué punto el modelo de gestión de residuos urbanos de Sax es eficiente y si podríamos aspirar a algo mejor. Veamos.
SAX (SISTEMA DE RECOGIDA COLECTIVA EN CONTENEDORES VIARIOS) USURBIL (SISTEMA DE RECOGIDA INDIVIDUALIZADA PUERTA A PUERTA)
Descripción general del sistema de recogida – Recogida diaria de RSU mezclado (bolsa de basura) en contenedores colectivos de gran capacidad.
– Recogida selectiva (semanalmente o según necesidad) de envases ligeros, papel-cartón y vidrio en contenedores colectivos de gran capacidad (amarillo, azul y verde tipo iglú). – Recogida selectiva e individualizada (x hogar) de RSU orgánico en cubos familiares de color marrón y capacidad adaptada al tamaño del hogar (tres días x semana).
– Recogida selectiva e individualizada (por hogar) de envases ligeros (dos días x semana) en bolsa de plástico y papel (1 día por semana) en bolsa de papel.
– Recogida selectiva e individualizada (por hogar) de la fracción de rechazo o resto en cubos familiares grises de capacidad adaptada al tamaño del hogar (1 día por semana).
Tratamiento y destino final – El RSU mezclado se transporta a planta de tratamiento donde se realiza la separación de las diferentes fracciones. El material no valorizable (resto o rechazo) se entierra en vertedero. El material reciclable se lleva a plantas de reciclaje.
El Ayuntamiento paga por cada Tonelada de residuo gestionada de esta manera.
– El RSU recogido selectivamente se transporta a plantas de reciclaje. El Ayuntamiento recibe a través del convenio ECOEMBES una compensación económica por los residuos gestionados de esta forma. – El RSU orgánico se lleva a planta de compostaje para la obtención de compost aprovechable en agricultura. El Ayuntamiento paga a la planta por cada Tonelada de residuo gestionada de esta forma (la mitad que si fuera a vertedero de rechazo).
– Los materiales aprovechables (envases ligeros, papel-cartón y vidrio) son llevados a plantas de reciclaje. El Ayuntamiento recibe a través del convenio ECOEMBES una compensación económica por los residuos gestionados de esta forma.
– La fracción de rechazo se lleva a vertedero. El Ayuntamiento paga por cada Tonelada de residuo gestionada de esta forma.
Ventajas / desventajas – Muy pocos ciudadanos, participan en la separación selectiva de residuos.
– El ciudadano no tiene que estar pendiente de qué tipo de residuo debe depositar para su recogida.
– El ciudadano debe desplazarse al contenedor, dificultando la participación de las personas mayores.
– El gasto relativo por tratamiento y eliminación de residuos es mayor. Existe poca compensación de ECOEMBES.
– Todos los ciudadanos pagan la misma cantidad para la gestión de los RU independientemente de la cantidad que produzcan, o si separan selectivamente o no.
– Presencia de contenedores en el espacio urbano, poca integración paisajística, molestias por olores, dispersión y suciedad en su entorno próximo. Dificultan la movilidad y el tráfico urbano. – Casi la totalidad de los ciudadanos participan en la separación selectiva de residuos.
– El ciudadano debe conocer la programación semanal de recogida.
– El ciudadano deposita los residuos en la puerta (postes metálicos adaptados) de su vivienda o edificio.
– El gasto relativo por tratamiento y eliminación de residuos es menor. Existe una elevada compensación de ECOEMBES.
– Los ciudadanos pagan en función de la cantidad de RU producido (pago por generación). Existen ventajas fiscales para aquellos que producen menos fracción de rechazo o que fabrican su propio compost.
– Gran esfuerzo en concienciación e información.
– No hay contenedores (excepto vidrio) en el espacio viario, no existiendo los problemas derivados.
Resultado obtenido:
– La fracción de residuos urbanos finalmente reciclables o aprovechables supone menos del 10% de los residuos recogidos.
– El rechazo, mayoritario, ha de ser enterrado en vertedero colmatando el vaso de vertido en un corto espacio de tiempo, debiendo procederse a la restauración ambiental del mismo y a la implantación de nuevos vertederos. – La fracción de residuos urbanos finalmente reciclables o aprovechables supone más del 80% de los residuos recogidos.
– La vida útil del vertedero se multiplica por 6 o 7 veces, respecto a la recogida tradicional, disminuyendo en esa proporción el gasto que supone la restauración ambiental del mismo y la búsqueda e implantación de nuevos vertederos.
– El retorno al proceso productivo de materiales reciclados disminuye la necesidad de explotación de nuevos recursos naturales.
A pesar de los enormes recursos personales, técnicos y económicos que la Administración (en general) y el Ayuntamiento de Sax (en particular), destinan a la gestión de los residuos urbanos, el resultado final es que más del 90% de los residuos urbanos producidos por Sax son enterrados en el vertedero de Villena, rebelándose un sistema de gestión totalmente ineficiente que a nivel comarcal o territorial no resuelve en modo alguno la problemática ambiental de los residuos.
Como alternativa a este modelo ineficiente de gestión, el municipio de Usurbil ha apostado por un modelo basado en la separación selectiva en origen, puerta a puerta, donde el ciudadano y las empresas locales participan activamente en el sistema y en la consecución de los objetivos de valorización de los residuos. La separación de la materia orgánica para su compostaje, además de un ahorro económico, supone la obtención de un producto agrícola ecológico de alta calidad, convirtiendo un problema ambiental (el residuo) en una solución (compost) para el suelo.
La propuesta de Usurbil es todo un ejemplo de economía ambiental, un manifiesto de que es posible gestionar los residuos urbanos de una forma sostenible, a escala local, sin necesidad de elevadas inversiones, grandes plantas de tratamiento, proyectos faraónicos o costosas tecnologías de dudosa inocuidad. Pero, tal como ellos expresan, al margen de estadísticas y cifras, de la comodidad, limpieza o eficiencia de uno u otro sistema, la razón principal que ha llevado al desarrollo e implantación del sistema “puerta a puerta” es porque “protegemos nuestro entorno y con ello nuestra salud” y nos atrevemos a añadir “porque contribuimos a la educación de personas responsables, colaborativas, sensibles y comprometidas con la construcción de una sociedad más equitativa, amable y cuidadosa de la naturaleza, el territorio y los seres que lo habitamos”.
No queda más que agradecer a Jone y a Ibon el tiempo que nos han dedicado y el trato recibido, e igualmente felicitarles por el trabajo realizado en el diseño e implantación de un modelo eficiente de gestión local de los residuos en su municipio, Usurbil. Un modelo que funciona y que esperamos sirva de ejemplo para marcar el camino a seguir por otros muchos municipios, incluido Sax.