Es una de las preguntas más comunes que suelen preguntar a los nutricionistas, ¿es mejor el azúcar blanco o moreno?, ¿es más sana la miel que el azúcar?, ¿azúcar moreno, azúcar integral de caña, melazas de cereales, jarabe de agave o fructosa? son muchas dudas al respecto. Lo cierto es que los edulcorantes no son necesarios, son más bien un capricho.

Vamos a conocer un poquito más sobre ellos. Todos los edulcorantes son hidratos de carbono de rápida absorción cuyo principal objetivo es endulzar los platos, por lo que, abusar de cualquiera de ellos no es nada recomendable. Si atendemos a la glucemia sanguínea, cómo nos elevan el azúcar en sangre, todos, excepto fructosa, estevia y edulcorantes sintéticos, la elevan muy rápido, y si atendemos al proceso de obtención, los que se obtienen de forma natural y sin adulterar, conservan minerales y vitaminas, necesarios para metabolizarlos correctamente. Analizamos algunos de ellos:

Azúcar blanco: no contiene fibra, ni vitaminas ni minerales. Entre sus inconvenientes encontramos que aumenta el riesgo cardiovascular, eleva los triglicéridos en sangre, favorece la insulinoresistencia y el agotamiento del páncreas. También provoca déficits de vitaminas y minerales, disminuye las defensas….

Azúcar moreno: puede ser azúcar refinado, granulado con melaza o en muchos casos es azúcar blanca teñida con colorante.

Azúcar integral de caña: se le conoce como rapadura o panela, se obtiene del azúcar de caña evaporado y conserva las vitaminas, minerales y antioxidantes

Fructosa: la que encontramos en comercios se obtiene a partir del azúcar blanco por proceso químico. Cuidado, por que se ha visto que consumida en exceso se convierte muy rápido en grasa, depositándose en el tejido graso aumentando los triglicéridos, además de que puede hacer subir los niveles de glucosa en sangre.

Jarabe de manzana: es zumo de manzana evaporada.

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Melaza de arroz, cebada: contiene minerales.

Estevia: edulcorante natural con un poder endulzante 300 veces mayor al azúcar blanco. Se recomienda utilizar la estevia en hoja, sus extractos dejan de ser naturales y de estevia llevan mínima cantidad.

Jarabe de agave: contiene vitaminas y minerales, es muy rico en fructosa, por lo que hay que tomarlo con mucha moderación.

Polioles: son azúcares obtenidos de forma industrial. Xilitol, manitol y sorbitol. Se utilizan porque endulzan y tienen pocas calorias. Bien tolerado por los diabético, pero en exceso pueden provocar problemas intestinales como flatulencias y diarrea.

Acesulfamo-K, aspartamo, ciclamato, sacarina: son edulcorantes sintéticos. Se comenta mucho sobre si son perjudiciales o no, si a la larga pueden resultar tóxicos, por tanto, mucha precaución.

Como conclusión: cada cual debe reflexionar con detalle y ver si somos consumidores de productos dulces a diario y en qué cantidad, no sólo cuenta esa cucharadita añadida al café, té, infusiones, pues en numerosos productos procesados, todos aquellos que vienen envasados, cuentan en su listado de ingredientes con algún tipo de azúcar, ya sean alimentos dulces o salados, algo que nos suele pasar por alto.

Mi consejo es que cuanto menos mejor, de cualquier tipo de edulcorante, debemos acostumbrarnos a los sabores reales de los alimentos, pero si queréis consumir este tipo de alimento os recomiendo, y siempre en cantidades muy pequeñas, el azúcar integral de caña, miel de buena calidad, jarabe de manzana o la estevia en hoja.

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