Bicefalia. Bicefalia significa,
literalmente, tener dos cabezas. Por ello, ante tan clara definición
de la RAE, voy a reflexionar sobre el traslado de esta figura a la
política y por qué considero que en estos momentos es el modelo
ideal que debemos poner en marcha en el PSOE de Villena.
La bicefalia,
interpretada como un reparto de poder, se aleja del absolutismo que
supone la concentración del mismo en una sola figura, siendo por
tanto incompatible con el poder absoluto y propiciando mejores
escenarios de consenso y participación democrática en aquellos
espacios donde sea de aplicación. En términos más coloquiales,
podemos entender esta dualidad como una distribución de
responsabilidades que, a su vez, lleva consigo la posibilidad de una
mayor y mejor dedicación a cada una de las parcelas de desarrollo de
las ideologías y de atención al ciudadano. Su concepto más
orgánico a nivel local está ocupado por la figura del Secretario
General y su Ejecutiva (recientemente elegidos), y su capacidad
institucional vendrá dada por los concejales y concejalas que serán
democráticamente elegidos en 2019 a través de la lista electoral
que pretendo encabezar.
Creo sinceramente que
debemos intentar explorar este modelo en Villena por mi
convencimiento de que tener dos cabezas pensando en lugares de
responsabilidad nunca puede ser malo. Al contrario, con ello
podremos aspirar a crear un partido más unido y fuerte (no podemos
olvidar que en estos momentos somos el grupo político con menor
representación en el ayuntamiento de Villena), un PSOE que vuelva
a generar ilusión entre los votantes de izquierdas para regresar
al gobierno municipal con mucha más representación y por tanto con
mucha más capacidad de trabajo que la que viene desarrollando el
actual equipo de gobierno Verde, tal y como ya demostramos durante la
anterior legislatura.
Un nuevo modelo para
hacer frente a unas nuevas necesidades, que no son las de ayer,
para presentarnos ante nuestros electores con una nueva imagen de
unidad, como un partido reforzado en sus cimientos y con unas
aspiraciones de gobierno sustentadas en esa unidad.
Es cierto que para que
este modelo prospere hay que tener dos cosas muy claras y bien
definidas: la confianza mutua y la perfecta delimitación de
funciones, pero estos dos vértices no marcan un imposible, sino un
reto de trabajo con el cual se dibuja un horizonte que nos ayudará
a fortalecernos como agrupación; que sin hacer tabla rasa del
pasado, genere espacios para la expresión de ideas y para la
aportación de experiencia y juventud; que de una vez por todas debe
de enterrar anteriores episodios de luchas internas para poder mirar
con cuatro ojos (que siempre ven más que dos) los problemas de
nuestra ciudad y recuperar la posibilidad de ir dándoles solución
desde el gobierno municipal y desde nuestra formación
política, dos frentes de acción diferentes pero unidos,
remando ambos en la misma dirección.