Pablo Carreño estaba triste por no haber podido dar el máximo en los cuartos de final de Roland Garros. Pero las conclusiones para el tenista asturiano son positivas y estimulantes. «Creo más en mí mismo que cuando empecé el torneo. He llegado a cuartos de final de un Grand Slam, he ganado a un ‘top 10’ (Milos Raonic) y a un jugadorazo como Dimitrov. Me hubiera gustado jugar mejor ante Rafa pero no ha podido ser», aseguró.
El tenista de Gijón, y que entrena en Equelite de Villena, explicó que «en un saque, con 5-2 en el primer set, noté algo. Y la zona abdominal es muy delicada. Volví a jugar pero lo hacía con miedo, pensando en lo que podía ser. Intentar ganar a Rafa sin estar al cien por cien es imposible. Ví que no podía jugar así y preferí no forzar más de la cuenta para que no vaya a más».
Carreño se marcha de París sabiendo que «en un futuro tendré posibilidades de seguir creciendo en este torneo. Todo esto es una experiencia que me va a ayudar en los próximos torneos».
De vuelta a casa, se hará las pruebas pertinentes para conocer el alcance de su lesión. Y, si todo va bien, espera estar listo para acudir a la próxima cita, Halle, torneo de hierba que sirve como preparación para Wimbledon.