Un peligroso recluso que cumple diversas condenas en el centro penitenciario de Villena por homicidio deberá permanecer otros ocho años y medio entre rejas por intentar acabar con la vida de un compañero de módulo en el transcurso de una pelea. Según ha quedado probado, César S.S., de 30 años, empuñó un pincho de 15 centímetros que él mismo se había fabricado con un tenedor y lo clavó en la espalda de la víctima. El impacto provocó al hombre un neumotórax que a punto estuvo de causarle la muerte, ya que la pequeña herida que sufrió no dejaba ver la grave lesión.

Los hechos se remontan al 23 de julio de 2012, cuando a las seis de la tarde se originó un altercado entre varios reos en el módulo dos del penal alicantino. Sin venir a cuento, pues según dijo no participaba de la trifulca, el perjudicado se llevó el pinchazo con el arma que entró por el omóplato izquierdo y le tocó el pulmón. La rápida atención de los funcionarios resultó clave.

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El procesado confesó la autoría de la tentativa de crimen, así como la mala relación que mantenía con la víctima. Según su versión, el herido sí formaba parte de la reyerta e, incluso, le provocaba. Por ello aprovechó la confusión para atacarle por la espalda. Dicho lo cual, el reo se arrepintió por lo sucedido.

Para los magistrados de la Sección Segunda, «el arma empleada», creada con una finalidad «ilícita», la zona del cuerpo atacada y las lesiones producidas consideran «correcta» la calificación de homicidio en grado de tentativa. Además de la prisión, el penado deberá pagar a la víctima, a quien no se puede acercar en 10 años, 2.530 euros por el tiempo que requirió en sanar las heridas y por las secuelas ocasionadas.

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