Con solo 19 años, Amal ha vivido una guerra y ha visto morir a gente a la que quería. «Pero también he aprendido a amar la vida y la libertad», cuenta. Amal nació en Somalia y gracias a la determinación de su madre, que huyó con ella y con toda su familia en busca de un lugar mejor, acabó en España. Ahora, esta comprometida joven de raíz africana y vida madrileña aspira a entrar en la universidad y, sobre todo, sueña con hacer un mundo mejor. «Ser refugiado es algo más que una etiqueta porque una niña de cinco años será una niña de cinco años esté donde esté. Se puede lograr mucho si nosotros usamos la libertad que muchos no tienen», proclama.
Las palabras de Amal representan una pequeña esperanza en medio de un panorama desolador. En 2015 se batió un terrible récord: es el año con más desplazados de la historia. Un total de 65,3 millones de personas se encontraban fuera de su hogar de manera forzosa, el mayor número registrado por la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), que ayer, coincidiendo con el Día Mundial del Refugiado, presentó su informe anual en Madrid.
De esos 65,3 millones, 40,8 millones de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares, aunque permanecen dentro de las fronteras de sus propios países; 21,3 millones son refugiados (1,8 millones más que en 2014, la cifra más alta desde principios de los 90) y 3,2 millones se encontraban en países industrializados a la espera de una resolución sobre sus solicitudes de asilo. Para mostrar la dimensión de la catástrofe resulta suficiente un dato: uno de cada 113 seres humanos es un desplazado.
El desplazamiento forzoso de población no deja de crecer desde mitad de la década de los 90, pero la situación se ha vuelto aún más difícil en los últimos cinco años debido a tres causas principales: las situaciones que provocan los grandes flujos de refugiados están durando más (los conflictos en Somalia o Afganistán superan las tres y las cuatro décadas, respectivamente); surgen nuevos conflictos o se reactivan los ya existentes (Siria, Sudán del Sur, Yemen, Burundi, Ucrania, República Centroafricana); y finalmente, Acnur denuncia que la capacidad para ofrecer alternativas a los refugiados y desplazados también ha disminuido.
Las cifras seguirán creciendo
«Necesitamos la acción de todos para encontrar soluciones colectivas porque si no hay un cambio drástico, las cifras seguirán creciendo», subrayó la representante de Acnur en España, Francesca Fritz-Prguda. La situación en determinadas zonas es tan dramática que Acnur se está encontrando con población que huye de Irak para refugiarse en Siria. «Cómo será la desesperación de estas personas cuando intentan llegar a un país que sufre una guerra tan cruenta como la siria», aseveró Fritz-Prguda.
Precisamente Siria (4,9 millones), Afganistán (2,7 millones) y Somalia (1,1 millones) son tres países que generan la mitad de los refugiados del mundo. Pero contrariamente a la percepción general, no es Europa la que acoge a la mayoría de ellos, sino los propios países fronterizos. Así, Turquía es el mayor país de acogida, con 2,5 millones de refugiados; Etiopía alberga a 600.000 y en Líbano, uno de cada tres habitantes es refugiado. Para quienes huyen, el Mediterráneo se ha convertido en una gran tumba. Desde 2014, 10.000 personas han muerto tratando de llegar a las costas europeas.
Los niños y niñas son más de la mitad de los refugiados en el mundo: el 51%. El año pasado se presentaron 98.400 solicitudes de asilo por parte de menores no acompañados o separados de sus familias, la cifra más alta registrada por Acnur. Además, en 2015 también descendió la cifra de personas que pudieron retornar a sus hogares o encontrar otra solución a su situación, apenas 201.400.
En su discurso, la representante de Acnur se mostró muy crítica con algunas de las medidas del Gobierno sobre inmigración y recordó que España «debe frenar las devoluciones en las fronteras de Ceuta y Melilla porque no están amparadas por la legislación internacional». Fritz-Prguda pidió que el Ejecutivo lleve una propuesta «generosa» a la reunión de la ONU del próximo 19 de septiembre, donde se tratará el asunto de los refugiados, y exigió a los candidatos a la presidencia del Gobierno que lleguen a un pacto de Estado sobre este problema. Fritz-Prguda ofreció el ejemplo de Canadá, que ha acogido en los últimos meses a 25.000 personas.