Hace
algunos años, antes de recalar en tierras villeneras, un servidor
narraba para Radio Alicante Cadena SER los partidos del Hércules,
tanto en su estadio como fuera de él. Un día me enteré por un
compañero que en el Rico Pérez había un ‘fan’ mío. Uno no busca
estos agradecimientos, aunque en esta ocasión sí que lo valoré, y
mucho.
Se
trataba de una persona invidente. Acudía al estadio acompañado de
su padre. Se ponía en la radio el dial de Radio Alicante y me
escuchaba narrar los partidos de “su Hércules querido”, al
tiempo que vivía el ambiente en la grada, ataviado con su bufanda y
con mucha ilusión. Un día lo llevé al estudio de radio y tuvimos
una larga conversación.
Ya
en Villena, tuve la oportunidad de conocer a Luis Tomás García,
usuario de AMIF y miembro del Club Atletismo Promesas. Luis también
es invidente, pero esto no le ha privado de realizar actividades de
superación, como ascender al Mulhacén, el pico más alto de la
península ibérica.
Pero
Luis también conoce la cima del
monte eldense del Bolón;
ha llegado hasta La Minica de los Colores y ha participado en
infinidad de pruebas deportivas, siempre de la mano de sus ‘otros
ojos’. Todo esto le hizo ganar, y de forma merecida, el premio
Ágora Deporte al Mejor Deportista con Discapacidad
en 2017, aunque él no busca premios, sino reconocimiento y
visibilidad por parte de la sociedad.
Tuve
la ocasión de hablar con él con motivo de la charla que ofrecieron
los valientes que realizaron el Primer Reto por la Igualdad
‘Ni+Ni-Iguales’, donde Luis, junto a Carlos Antón, Fernando Egido,
Ricardo
Marín y Juan Manuel González;
acompañados por los voluntarios Raimundo Nus, Juan
José Malpica, Pedro Vázquez, Jero Cerdán, Toni Flor,
Manolo Pérez, Jessica y los autores del documental: Juan y
Elena, llevaron a cabo «esa locura» ideada por otro «loco», y sin querer ofender, llamado Raimundo Nus.
Y
es que no existe una definición universal que englobe a los
voluntarios. Sin embargo, es conveniente realzar ciertas
características que, en un sentido general, obedecen a las aptitudes
que debe poseer un voluntario: Entre dichas aptitudes están el
compromiso, una motivación desinteresada por ayudar a los demás,
siempre buscar hacer el bien, poder obrar de muchas maneras, ser
organizado y apegarse a las normativas de los proyectos establecidos
por la asociación.
Luis
es una persona que vive la vida de manera “positiva”. No
obstante, también tiene muchas anécdotas. Es capaz de ascender el
Mulhacén, pero no es capaz de llegar a las instalaciones de AMIF, en
la calle Sancho Medina, solo. Lo tiene que hacer acompañado. Un
servidor le propuso un reto a Luis Tomás: “Sí tú bajas sólo,
sin acompañante a AMIF, yo me comprometo a subir contigo al Castillo
de Salvatierra”. Sin noticias de la apuesta.
En
su vida cotidiana, la calle pone a prueba su temple todos los días,
con los múltiples obstáculos para caminar o a la hora de cruzar la
calle, y ciertas reacciones de los transeúntes que, aunque en
general con buena voluntad, resultan hirientes o simplemente
molestas.
Y
es que la discapacidad no te define. Te define cómo haces frente a
los desafíos que la discapacidad te presenta. Además, la
discapacidad no es una lucha valiente o coraje en frente de la
adversidad. La discapacidad es un arte. Es una forma ingeniosa de
vivir.
Por
todo ello, el hecho de levantarse todas las mañanas hace que Luis
Tomás García sea un héroe, pero de esos que no llevan capa, ni
escudos, ni martillos… A él le vale con un simple bastón.