No suelo ser persona que utilice estos medios para transmitir sentimientos o comentarios personales. Habitualmente me limito a compartir información que considero interesante y poco más. Pero hoy estoy dolido. Estoy muy dolido con la forma en que se ha tratado a la Junta Central de Fiestas vendiéndonos una inexistente moto que finalmente no tenia ni gasolina.
Hoy no quiero ser políticamente correcto. Tengo un amigo que siempre que nos ve enfadados nos dice gesticulando con sus manos «adentro el amor y fuera los problemas» y hoy necesito liberarme un poco tras unas semanas de mucho trabajo y tensión, porque nadie me va a quitar las ganas de seguir trabajando por nuestras fiestas de Moros y Cristianos, aunque a veces ciertas actitudes te inviten a abandonar.
Cuando ves todo el tiempo que dedicas a trabajar de manera altruista, llevas unas semanas donde tienes que renunciar a tus hijos y esposa, horas de sueño, vacaciones, y la poca implicación y el estado de «confort» de nuestro equipo de gobierno te da mucha pena.
Hoy nuevamente se nos vende como un logro político el paso de la Vuelta Ciclista a España por nuestra localidad. Se nos invita a realizar una pancarta o lo que consideremos, anunciando a bombo y platillo que es una magnífica oportunidad para promocionar nuestras fiestas. Eso sí, «lo pagáis y lo hacéis vosotros, que yo, ayuntamiento, no tengo que mover ficha».
Te implicas con los pocos recursos económicos que cuentas, pasas todo el día repartiendo pólvora con las comparsas, sin comer te vas a otra localidad a representar a tu ciudad y tus fiestas, vuelves rápidamente al concierto de los Pasodobles, te levantas a señalizar Pasacalles para evitar incidentes, instalas semáforo y carteles en Plaza de Santiago para mejorar seguridad con la pólvora, recoges Patio Festero y te subes con toda la ilusión del mundo a colocar una pancarta que, supuestamente, va a salir por televisión.
Después de todo este trabajo, cuando finalmente compruebas que tu única recompensa ha sido llegar tarde a celebrar con tu familia el cumpleaños de tu suegro y además te dicen que no han enfocado la pancarta, la decepción es total.
Alguién se ha equivocado y yo no he sido, aunque ya sabemos que la culpa será de otro. Quizás del cámara de televisión, de la Diputación, o vete tú a saber, pero siempre será de otra persona.