Tengo que decir que nada más poner los pies en la redacción de Ágora Habla me cautivó. Su sonrisa nerviosa, su manera de mirar, su forma de expresarse… Fue una visita grata y a la par enriquecedora. Lucía Mas García, Regidora Infantil de las fiestas de Moros y Cristianos 2017 de Villena, llegó acompañada por sus padres: Eva y Francisco.
Por una casualidad, en mi ordenador estaba la entrevista que tan gentilmente ofreció a este medio Vanessa Valls, Regidora Mayor. En la pantalla, su foto, acompañada por Lucía. Inmediatamente su semblante cambió. Se quedó muda observando la imagen, en silencio, y con una leve sonrisa en su rostro angelical.
Era Lucía al lado de la «chica rubia», esa misma que en las entrevistas anteriores a la elección de las regidoras, ella le comentó a sus padres: «Si me eligen a mi, me gustaría estar con esta chica rubia». Y como obra del destino, éste quiso que ambas se cruzaran, y su sueño se hizo realidad.
Esta es la historia de una niña de nueve años, a la que le encanta la gachamiga que hace su abuelo, y que adora los macarrones. Además es una gran deportista, y practica la gimnasia rítmica. Es la historia de una luchadora, a pesar de su precoz edad. De una Nazaríe que ama a su comparsa, y que es cabo oficial, aunque este año echará de menos esos aplausos del público que abarrota las calles de Villena del 5 al 9 de septiembre.
Este año será diferente. Vivirá la fiesta de otra manera, aunque está muy ilusionada. El año pasado ya se presentó para ser Regidora Infantil, pero la Diosa Fortuna prefirió que fuera este 2017 cuando representara a los y las más jóvenes de las catorce comparsas que forman estas fiestas, «las mejores del mundo», apunta Lucía.
Esta distinción es un premio a la lucha. A una lucha particular contra esa maldita enfermedad que no entiende de edades, género o color de piel. Todos sabemos que cuando enfermamos nos encontramos abatidos, pero cuando le pasa a un niño es aun más devastador. Cada vez que un niño o una niña enferma, hemos de sacar esa fuerza que llevamos dentro para que saquen a relucir su valentía, su ánimo de reír, aunque la procesión vaya por dentro. No obstante, ellos y ellas siempre tienen un motivo perfecto para sonreírle a la vida.
En Lucía se ha cumplido. Eva, su madre, comentaba que suelen hablar de su enfermedad de manera muy natural, «y para mi es un verdadero orgullo que esté tan bien y haya alcanzado su sueño», apunta Eva. Mientras tanto, Lucía andaba por la redacción. Se sentó a mi lado, y hablamos como si estuviéramos comiendo una hamburguesa; siempre con su sonrisa por bandera y con una sinceridad impropia de su edad.
Gran estudiante, «aunque las matemáticas no me acaban de gustar del todo», dice esta alumna de El Grec, donde coincide con varias de sus madrinas. Tiene muy claro lo que quiere ser cuando sea mayor. ¿Lo adivinan? Exacto: peluquera. Que raro, ¿verdad? Durante la hora que estuvimos hablando, nombró a Vanessa Valls más de veinte veces. Y es que es «mi hermana mayor», a pesar de contar con un hermano, que hace bien poco cumplió 14 años y lo celebraron en Valencia, viendo las Fallas, con sus padres y con Vanessa y su pareja.
Sí, su hermano. El mismo que el día en el que el alcalde marcaba el teléfono de la futura regidora 2017, le gastó una broma, haciéndose pasar por Francisco Javier Esquembre. «Cuando volvió a sonar el teléfono, le volví a echar la bronca, aunque me di cuenta que el no era, y esta vez sí me llamaba el alcalde», apunta Lucía.
Y fue en ese mismo momento cuando empezó todo. Su sueño se había hecho realidad por partida doble: por haber sido elegida Regidora Infantil y por estar acompañada por esa «rubia» que también le había caído y que le enamoró en las entrevistas previas.
Medio año de cargo a sus espaldas, y muchas cosas buenas para contar a sus hijos en el futuro. Destaca la presencia en Madrid, en FITUR, «aunque estaba un poco malita, con fiebre. Pero mis padres llevaban el Apiretal y pude pasarlo lo mejor posible», manifiesta con un desparpajo e inocencia, aunque dejando entrever su madurez.
De las fiestas se queda con todo. No hay desfile o acto que destaque de los demás. Es festera de los pies a la cabeza. Y se siente muy orgullosa de ser Nazaríe. Y por supuesto que existen agradecimientos. Eva y Francisco, en nombre de Lucía, agradecen el comportamiento y el trato que le están dispensando a esta alegría de la casa, tanto por parte de la edil de Fiestas, Conchi Beltrán, como por parte de la Junta Central de Fiestas, en la figura de su presidente, Luis Sirera.
¡Lucía, disfruta de estos seis meses restantes, y no pierdas nunca esas ganas de vivir, de comerte el mundo y de levantar la cabeza bien alto cuando suene esa magistral composición del Maestro Carrascosa, ‘Nazaríes de Villena!
Día cuatro que fuera…