Entre los más de 500 participantes que tomarán la salida en el Dakar 2019, el peruano Lucas Barron hará historia desde el comienzo, al convertirse en la primera persona con síndrome de Down en disputar el rally más duro del mundo.
«Estoy nervioso. Es la primera vez que voy a correr el Dakar», dijo Barron en una entrevista con la Agencia Efe en la que no se separó de su padre, Jacques Barron, quien ha hecho todo lo posible por cumplir el sueño de su hijo de estar en el rally. «Mi papá es una persona especial conmigo», agregó Lucas, que ejercerá de copiloto de su padre en un vehículo utilitario todoterreno (UTV) con el que piensan recorrer juntos los 5.000 kilómetros del rally.
Ser parte de esta carrera era el deseo de Lucas desde que hace años veía a su padre participar en el Dakar sobre una moto, lo que hizo hasta en cinco ocasiones, cuatro de ellas inscrito oficialmente y otra a la aventura, siguiendo la estela del resto de corredores. A su equipo lo han bautizado Barron x 2 y ya tiene experiencia sobre las dunas del desierto peruano, donde se correrá íntegramente la edición 2019 del Dakar, con punto de salida y llegada en Lima.
Los dos Barron ya han corrido juntos el Baja Inka celebrado el año pasado y hace unos meses en el Desafío Inca, uno de los tres rallys preparatorios para el Dakar, que se disputó en el desierto de Ica (Perú), donde el próximo raid celebrará hasta cinco etapas.
Ahí Lucas descubrió que el deporte del motor es su vida, sin dar muestras de cansancio ante las largas jornadas sobre el caluroso mar de arena. «Yo voy tranquilo. No pasa nada. Estoy junto a mi papá, siguiendo huellas», explicó Lucas, que también aprovecha su tiempo libre para nadar y jugar al fútbol, preferentemente de delantero.
Cyril Despres, un amigo
Su inscripción en el Dakar ha levantado la expectación incluso de los favoritos para ganar la carrera, como el francés Cyril Despres (Mini), un amigo de su padre, con el que entrenaba en Perú cuando corría en moto. «Es mi mejor amigo. Él me habló por Facebook. Me escribió», recordó Lucas, cuya gloria, al contrario de Despres, será llegar a la meta.
Por su parte, Jacques Barron afirmó a la Agencia Efe que este Dakar no solo será especial por hacerlo junto a su hijo, sino también porque por primera vez se correrá en un solo país y será Perú.
El piloto, de 55 años, indicó que ya conoce gran parte de las zonas por las que pasará el rally y eso le da tranquilidad, pero advirtió que para los pilotos foráneos «va a ser complicadísimo» porque hay dunas muy polvorosas, «en las que pisas y te hundes hasta la rodilla».
«Nos vamos a ir divirtiendo durante todo el camino. Como siempre partimos de atrás, vamos encontrando cosas y se va haciendo bonita la carrera», comentó Barron padre. Sobre la experiencia del Desafío Inca, Barron recordó que a su paso encontraron carros volteados, otro incendiado y muchos pilotos «atollados» en la arena.
«Ahí Lucas se entretiene ayudando. Me ayuda a desatollar. La vez pasada empujó el carro. Ayuda viendo todos los instrumentos de navegación. Hay un montón de controles de temperatura y presión que Lucas va revisando», detalló.
El objetivo de los Barron será llegar a la meta, como casi todos los que inician la carrera, y ya piensan todavía más en grande, con la posibilidad de correr el Dakar en un camión donde también esté Adriana, la hermana de Lucas, quien de momento se decanta por practicar vela.