‘Los viveros de empresas no son rentables económicamente para las entidades promotoras pero sí lo son socialmente ya que generan 2,8 euros por cada euro invertido en ellos’. Esta es la principal conclusión a la que ha llegado el estudiante de doctorado de la Universidad de Alicante, Eloy Sentana, en su tesis «Análisis de la rentabilidad económica y social de los Viveros de empresas de la Comunidad Valenciana para el periodo 2004-2014», presentada recientemente en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales.
El proyecto, realizado bajo la dirección de la profesora del Departamento de Organización de Empresas de la UA, Reyes González, ha abarcado la totalidad de los 43 viveros presentes en las provincias de Castellón, Valencia y Alicante, por lo que se trata del primer estudio integral de todas las incubadoras de la Comunidad.
«Después de recoger información tanto de los gerentes de los viveros como de empresas activas y egresadas de los viveros, estábamos en condiciones para dibujar un mapa bastante preciso de la realidad de estos servicios que, sin duda, se han convertido en un elemento relevante a la hora de potenciar la creación de empresas innovadoras y de empleo», señala Sentada. De hecho, en el período de estudio, “los viveros han contribuido a la creación de 1.405 empresas y 4.047 puestos de trabajo directos”, añade.
La puesta en marcha de estos servicios vivió un auge importante para superar la crisis. Prueba de ello, es el hecho de que desde el 2007 en la Comunidad se han puesto en marcha 19 nuevas incubadoras por parte de Ayuntamientos, Cámaras de Comercio y Universidades. En la actualidad, los viveros ponen a disposición de sus usuarios 98.702 metros cuadrados de suelo en los que se ubican 106 naves industriales y 574 despachos en toda la Comunidad Valenciana, según refleja la tesis.
El resultado del análisis indica que “la figura del gestor del vivero es una de las cuestiones más demandadas por los usuarios, además de que el precio a pagar por las empresas no es relevante”, indica el investigador, para quien “el personal que trabaja en los viveros tiene un conocimiento de la creación de empresas y del proceso de puesta en marcha de actividades innovadoras que no revierte en la sociedad tanto como debería”. En este sentido, “estos espacios deberían ser el epicentro del ecosistema emprendedor dotándoles de la visibilidad y capacidad necesarias para animar el proceso de creación de empresas en sectores estratégicos para el territorio en el que se ubican”, insiste el autor.
Por otra parte, los viveros que se centran en empresas del ámbito tecnológico presentan mejores resultados económicos y de impacto social debido, en buena medida, a su especial vinculación con las universidades que les proveen de personal cualificado para la puesta en marcha de empresas de alto valor añadido.