Es
inaudito que sean el alcalde y la edil de Desarrollo Económico los
que aludan a “errores”, “improvisación” o “cambios de
criterio” para acusar al Servef de ser el causante de la pérdida
de un programa de empleo. Incluso se atreven a arrojar insinuaciones
y sospechas de favoritismo territorial sobre el órgano autonómico
sin ninguna prueba. Y nos vuelven a calificar a los socialistas de
“irresponsables” por ejercer nuestra función fiscalizadora y
poner en evidencia una vez más la mala gestión del equipo de
gobierno Verde.
Lo
que le sucede a Esther Esquembre es que no puede, no sabe o no quiere
gestionar las áreas de Industria y Comercio. Y así se lo ha
trasladado al alcalde, y así lo demuestra con hechos. Con esa
actitud derrotista y ese manifiesto desinterés no se pueden defender
eficazmente los asuntos relacionados con los sectores productivos y
económicos de nuestro municipio. Así pues, no es de extrañar que
las consecuencias sean, por ejemplo, la desaparición de Artefiesta y
de otras iniciativas impulsadas desde la concejalía de Desarrollo
Económico en la anterior legislatura. A lo que se añade la continua
pérdida de subvenciones y ayudas en programas de formación y
empleo.
La
renuncia a aceptar la responsabilidad y asumir las consecuencias
derivadas de la conducta o las acciones propias es un síntoma claro
de inmadurez. Estas personas culpabilizan siempre a los demás de sus
problemas, recurren a excusas y alegan malos entendidos o malas
intenciones del otro. Luego, eso sí, se arrogan la condición de
víctima ante las situaciones adversas causadas por ellas mismas y
buscan el reconocimiento constantemente. Las personas que manifiestan
este tipo de conductas suelen destacar por tener berrinches
habituales cuando no se salen con la suya. Al eludir cualquier
responsabilidad no reconocen sus fallos, lo que imposibilita aprender
de los errores y llegar a encontrar una solución óptima.
En
definitiva, la concejala de Desarrollo Económico, lejos de aceptar
su incapacidad por no poder asegurar la continuidad del taller de
empleo “Et Formem”, culpabiliza ahora al Servicio Valenciano de
Empleo y al Partido Socialista en un alarde de irresponsabilidad e
incoherencia. Se afana en alegar que los Verdes recurrirán en un
contencioso la decisión autonómica, desconocemos con qué garantía
de éxito, pero no lo hacen para defender su criterio animalista ante
el Tribunal Supremo en la cuestión de las corridas de toros tras una
sentencia del Tribunal Superior de la Comunidad Valenciana favorable
a la Peña Taurina, algo que entiendo deberían de hacer con recursos
de su partido. Y encima se quejan de inexactitudes en la orden del
Servef, cuando el ayuntamiento de Villena es un alumno aventajado en
ralentizar el pago de subvenciones a los clubes deportivos, costear
un sinfín de facturas sin la firma de técnicos municipales,
modificar los plazos en la prestación improvisada de servicios
públicos o subir impuestos caprichosamente de manera injustificada.
Desde
el Partido Socialista no nos alegramos, en absoluto, de que 12
personas vuelvan al paro por culpa de la edil Verde. Máxime cuando
son personas que pertenecen a colectivos desfavorecidos y en riesgo
de exclusión social. Algo que resulta más criticable y que también
atañe al alcalde como cómplice necesario de negligencia en esta
pésima actuación.
Por
último, es muy poco escrupuloso y resulta ofensivo que la titular de
Desarrollo Económico afirme que no se había comunicado nada a las
personas afectadas por la desestimación de la segunda fase del
taller de empleo al estar intentando solucionar el problema. La
ocultación, la falta de información y la ausencia de transparencia
son inaceptables en el ámbito político. De ese modo se vulneran los
derechos y los intereses de la ciudadanía y solo se protegen los del
partido Verde. Algo que es desgraciadamente una práctica recurrente
en el equipo de gobierno municipal que solo se preocupa de salir en
las fotos cuando le beneficia para reparar su cada vez más dañada y
debilitada imagen.