Muchas
veces, en nuestras vidas, no sabemos qué senda escoger. Otras veces
vemos claramente el camino que debemos recorrer pero buscamos una
palabra amiga que nos aconseje o nos oriente. En este nuevo espacio,
a través de posts y artículos, vamos a dar nuestro punto de vista
sobre temas de la vida, de la salud, de nuestros hijos, de las
relaciones. Irene lo hará desde la logopedia y Begoña desde la
psicología.
En
este primer post, desde la logopedia os queremos ayudar en vuestra
salud. Al adentrarnos en el invierno comienzan los resfriados, y
seguramente vienen acompañados de problemas en la garganta y con
ello problemas de voz. Si además trabajáis habitualmente hablando,
dando clase, atendiendo cara al público, hablando por
teléfono…puede que notéis más rápidamente que al final del día
o de la semana vuestra voz no tiene fuerza para seguir sonando igual
de bien… ¿Podemos hacer algo para evitarlo? ¿Cómo cuidar nuestra
voz?
Pero
antes de nada, ¿qué es la voz?: la voz se produce por el aire
espirado que pasa a través de las cuerdas vocales (que no son
“cuerdas” tal y como os lo imagináis). Las cuerdas vocales se
juntan y se separan rápidamente gracias al flujo de aire, y ahí se
produce el sonido. Hay muchos factores que perjudican y benefician
nuestra salud vocal. Pero queremos que sepáis que una de las
principales herramientas para cuidar nuestra voz es la PREVENCIÓN.
Os
dejamos unos consejos útiles para que no caigáis fácilmente en las
temidas disfonías:
-Bebed
agua de forma continuada durante todo el día.
-No
fuméis.
-Utilizad
fulares o pañuelos para la zona del cuello.
-No
tomad las bebidas y alimentos ni muy fríos y muy calientes.
-No
carraspeéis continuamente. Evitadlo bebiendo agua o con algún
caramelo.
-Respirad
por la nariz, para que entre el aire caliente y limpio.
-No
abuséis de la calefacción, puesto que reseca nuestra laringe.
¿Y
vosotros? ¿Qué hacéis para cuidar vuestra garganta y vuestra voz?
Danos tu opinión, pregunta tus dudas,…Y si queréis saber más,
poneos en contacto con un profesional que os enseñe a cuidar nuestra
valiosa herramienta de comunicación. Hasta el próximo artículo.
Irene
Conca Conejero
Logopeda
col. 46.170