La intervención comenzó en junio con los estudios para documentar el grado de deterioro
El Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) devuelve su esplendor a la portada de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Biar, una obra excepcional del Renacimiento levantino temprano. Bajo el telón dispuesto para resguardar los trabajos, los restauradores se afanan en analizar, limpiar y pulir las piedras centenarias.
La intervención se inició en junio con los estudios para documentar los agentes de deterioro presentes en la obra, así como los análisis cualitativos y cuantitativos sobre la composición de la piedra y sus costras. También se han llevado a cabo ensayos para determinar la eficacia de los distintos tratamientos de restauración y controlar el biodeterioro en la fachada. Y, en la actualidad, los trabajos se centran en la limpieza de la fachada mediante una combinación de sistemas mecánicos y químicos, salvo en el tímpano y otros puntos concretos en los que se está utilizando el láser.
La erosión causada por la climatología, la vegetación y los excrementos de las aves han deteriorado las piedras de la fachada del templo hasta originar el desprendimiento de algunas piezas. Desde el IPCE se ha indicado que “su estado de conservación era preocupante, al presentar grietas y fracturas muy acusadas en toda la superficie, desprendimientos de material pétreo y alteraciones cromáticas por ataques biológicos”.
La inversión para que esta fachada recobre su belleza asciende a 197.811,08 euros (IVA incluido), importe que corre a cargo del Instituto del Patrimonio Cultural de España del Ministerio de Cultura. El plazo de ejecución, según se especifica en los pliegos, es de seis meses y la empresa que se encarga de los trabajos es TRYCSA.
La iglesia de Biar fue construida entre 1519 y 1521 según trazas de Guillem Alemany, quien articuló la entrada a modo de retablo con remate abalaustrado y una división horizontal en dos cuerpos que culmina con la escena de “La Coronación de María”. Todos sus elementos estructurales están decorados con un repertorio italianizante, en el que proliferan motivos clásicos de esa tradición como son los candelabros, camafeos, veneras y elementos mitológicos.