Porque
este año no fue una carrera, porque este año no fue un rastro, porque
este año… nuestra montaña no era ella porque este año… más que una
carrera fue un homenaje.
Han pasado semanas donde reinaba la palabra no. Hemos agotado todas las posibilidades, nos hemos ido a
contracorriente, pero sabes que lo teníamos claro. Se tenía que hacer.
Solana necesitaba color.
Dicen que hay que dar un paso atrás
sólo para tomar carrereta, y en nuestro caso, cada impedimento nos ha
pedido que logremos todo lo que se vio en la plaza: colores, amistad,
familiaridad, compañerismo y solidaridad.
Y así terminamos… Eufóricos!
Cada uno de ustedes que entró en la línea de meta fue una espina que nos quitábamos del corazón. Nos costaba creer que todo iba rodado como otros años y después de todo… lo hemos conseguido.
Gracias por
confiar a ciegas en nosotros. Sabemos que la situación no era fácil y habeis estado diez. Con participantes y colaboradores como estos, organizar todo
este «tinglao» es brutal!
Esperamos haber estado a la altura de
ello. Esperamos que hayas disfrutado como otros años y esperamos camuflar el velo negro al año que viene.
Solaners y solaneres, eternamente agradecidos!