La actualidad política
de Villena no puede girar, una vez más, alrededor de la plaza
cubierta y las corridas de toros. No solo porque es un viejo
asunto recurrente desde hace años, sino porque hay otras cuestiones
prioritarias para el municipio. Además, solo se usa como arma
arrojadiza en víspera de elecciones, planteándose argumentos falsos
a través de una disyuntiva artificiosa y ficticia para provocar un
conflicto interesado entre extremos, taurinos y antitaurinos. Es
decir, entre Partido Popular y Verdes.
Da la sensación de que
tanto los unos como los otros se necesitan para alargar
innecesariamente el enfrentamiento y estar en la palestra,
movilizando así a sus afiliados y simpatizantes para salir ganando e
intentar sacar beneficio electoral. Mientras, la que pierde es
mayoritariamente la ciudadanía villenense, harta de que no se
vislumbren soluciones alternativas. De ahí que desde el Partido
Socialista queramos superar este círculo vicioso, aportando
iniciativas útiles y reivindicando nuestras propuestas que favorecen
al conjunto de la sociedad.
Aunque aparentemente se
recurren a argumentos judiciales, culturales, constitucionalistas,
éticos o animalistas para defender sus respectivas posturas, los
hechos demuestran que a los Verdes y al PP solo les interesa centrar
la atención en los aspectos emocionales, en la visceralidad, sin
más. Y en muchas ocasiones también acuden a la demagogia populista,
sin ningún rubor ni rigor, para regalar el oído y arengar a sus
públicos, lo que les hace incurrir en llamativas incongruencias.
El alcalde, sabedor de
que la abolición de las corridas de toros escapa a la competencia de
la Administración local, abusa de su mayoría absoluta valiéndose
de excusas y subterfugios “técnicos” para evitar este tipo de
“espectáculos cruentos”, según su punto de vista. Varias
sentencias de los tribunales han condenado al equipo de gobierno
por sus actuaciones no ajustadas a ley, lo que permite a
Esquembre ejercer cierto victimismo ante los suyos por el injusto
trato del sistema jurídico.
Sin embargo, su
credibilidad y su autoridad moral se ponen en evidencia porque en la
legislatura pasada, con el fin de acceder a la alcaldía, permitió
la celebración de corridas de toros. Miraba para otro lado y se
lavaba las manos, ausentándose cada vez que había que firmar el
decreto correspondiente. La justificación, qué casualidad, estar
disfrutando de sus vacaciones.
Además, la manifiesta
torpeza e ineptitud de los Verdes se ha ido agudizando. En más de
cinco años no han sido capaces de convertir la plaza cubierta en un
espacio estable también dedicado al deporte, conforme al
proyecto desarrollado por el PSOE a principios de 2015,
incluso con su identidad corporativa. De este modo se hubiera
descongestionado el polideportivo y se habría dado respuesta a la
solicitud de los clubes.
A instancias del PSOE, ya
a comienzos de esta legislatura, el alcalde se comprometió a incluir
en los presupuestos municipales una partida para afrontar esta
inversión, incumpliendo la palabra dada, y no es la primera vez. El
proyecto ha gozado de un amplio respaldo social en el reciente
proceso de presupuestos participativos, aunque desconocemos con qué
efectividad, pues ya hemos denunciado hace tiempo que nos parecía
una tomadura de pelo.
Por su parte, el PP acusa
a los Verdes de no aprovechar una “infraestructura única en la
provincia” que serviría “para dinamizar la ciudad”. Parecen
olvidar los populares que la plaza y el parking, al contrario, han
sido y siguen siendo un gran lastre económico. Un edificio
faraónico, insostenible y deficitario de más de 17 millones de
euros, que presenta graves problemas acústicos y estructurales que
lo imposibilitan para los usos inicialmente previstos. Además, los
populares le exigen ahora a los Verdes que hagan público el informe
del arquitecto municipal que avala la no idoneidad para la
celebración de corridas de toros.
Pero aún estamos
esperando a que el PP presente el plan de viabilidad, uso y
explotación que refrende la compatibilidad de la Plaza con el Teatro
Chapí, la Casa de la Cultura o el Espacio Joven. Sin contar los
gastos derivados del funcionamiento del conservatorio o el futuro
museo. La incapacidad e ignorancia de los populares a la hora de
planificar y elaborar cálculos ya la conocemos. Solo hay que
comprobar la enorme chapuza llevada a cabo en el plan de explotación
de la piscina cubierta y el Centro Deportivo que nos están costando
anualmente unos 350.000 euros a los villeneros y las villeneras.
Desde el Partido
Socialista nos tememos, por una parte, que resulte muy complicado
asumir los elevados costes que supondría para el erario municipal
dotar anualmente de contenido la plaza, sin detraer recursos
económicos de otras partidas destinadas a la cultura. Y, por otra,
pensamos que estas instalaciones pueden no resultar suficientemente
atractivas y rentables para aquellos promotores y empresarios que se
juegan su dinero con espectáculos de gran formato.
En el PSOE de Villena
apostamos por la realización de un estudio global del uso
eficiente de todos estos edificios. Asimismo, a partir de ahora
en la tramitación y aprobación de nuevas infraestructuras
municipales deberán adjuntarse obligatoriamente no solo los
documentos técnico-económicos referidos a su construcción, sino
también a su futura utilidad social y su explotación.
Seguimos insistiendo, por
tanto, en la necesidad de convertir la plaza también en un espacio
deportivo, la pirámide en una biblioteca y sala de lectura y la
cantina en una sala de conciertos, como ya ocurrió en la legislatura
anterior cuando compartimos la responsabilidad de gobierno en el
ayuntamiento.