La Policía Local de València intervino en la noche del viernes un caracal -llamado también lince africano- al que se había visto siendo paseado por una pareja hace algunas semanas en la zona de Viveros. Se trata de un ejemplar adulto, de unos 21 kilos, que se encontraba en buen estado y fue entregado al centro Primadomus de Villena, especializado en la atención y cuidado de especies animales como esta.

Según informaron fuentes de la Policía Local de València, los agentes recibieron el día 15 de abril un extraño aviso por parte de vecino. La persona aseguraba haber visto a una pareja pasear por la zona delos Jardines de Viveros a nada más y nada menos que un lince. A los agentes este aviso les resultó sorprendente, pero aún así dieron crédito a la llamada y acudieron a la zona señalada para intentar localiza a la pareja y el animal. Sin embargo, aquel sábado los agentes no dieron con estas personas en la calle.

Anoche se resolvía el enigma. Los agentes sobre las 22 horas recibían el aviso de que en un hospital privado de la ciudad había una mujer herida por un animal, y rápidamente pudieron averiguar de que esas lesiones habían sido producidas por un lince.

Rápidamente,agentes de la Policía Local se trasladaron hasta el centro sanitario y allí encontraron a la citada mujer y a su pareja, que al parecer reconocieron a los agentes que tenían un caracal como mascota. Las lesiones eran leves, y se reducían a unos arañazos.

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Una vez los sanitarios dieron de alta a la mujer, los policías acompañaron a los presuntos propietarios hasta su vivienda para comprobar toda la información. Efectivamente cuando llegaron al piso, situado en la calle padre Urbano, encontraron al caracal, que los dueños tenían como mascota.

Fuentes de la Policía Local recalcaron a este diario que la pareja colaboró en todo momento en los trámites y supervisión en la vivienda. Los agentes comprobaron que el gran felino tenía colocado el microchip de identificación (como el que se coloca a los perros) así como la tarjeta sanitaria correspondiente. Se encontraba en buen estado, pero la Policía indicó que estas personas no pudieron acreditar la documentación relativa al Convenio sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES), por lo que se requisó el animal. Así la Policía denunció a la pareja por una presunta infracción por tenencia de animales potencialmente peligrosos, al no estar registrado y no disponer de las condiciones y requisitos para las necesidades del felino.

El caracal fue trasladado en un primero momento a las instalaciones de la Policía, para permanecer en una jaula homologada para posteriormente ser trasladado al centro Primadomus de Villena, donde trabajan en la rehabilitación, cuidado y reubicación en espacios aptos para sus necesidades.

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