El pasado 1 de
septiembre de 2020 los máximos responsables de las Consellerias de Sanidad
Universal y Salud Pública y Educación, Cultura y Deporte firmaron la llamada
“ACTUALIZACIÓN DEL PROTOCOLO DE PROTECCIÓN Y PREVENCIÓN FRENTE A LA TRANSMISIÓN
Y CONTAGIO DEL SARS-CoV-2 PARA CENTROS EDUCATIVOS QUE IMPARTAN ENSEÑANZAS NO
UNIVERSITARIAS EN EL CURSO 2020-21”, siendo uno de sus objetivos fundamentales
“crear entornos escolares saludables y seguros en el contexto de la pandemia
por COVID-19, a través de la aplicación de medidas de promoción de la salud,
protección y prevención adaptadas a las diferentes etapas educativas”.
Pero las cifras
son incuestionables. El 19,1% de los centros educativos sostenidos con fondos
públicos presentan algún aula parcial o totalmente confinada en la 11ª semana
de curso.
Desde el inicio de curso escolar se han visto afectadas 2.123
aulas y se han registrado 12.778 casos positivos entre 0 y 19 años.
242 aulas y 138
centros donde se han manifestado infecciones por COVID-19 en la última semana,
demuestran la ineficacia y el gran fracaso de las medidas de prevención del
virus adoptadas por los responsables de las Consellerias anteriormente citadas.
Las aulas, en
la actualidad, no son un lugar seguro.