Día de emociones. Día de olor a alábega, a pólvora, a esencia, a pastas. El día, ese día en el que Villena se engalana para recibir a esa Morenica hermosa, sol que radiante que destella… En resumidas cuentas, la mejor y más emocionante cuenta atrás para que ese día 4 de septiembre llame a la puerta de cada festero, de cada músico, de cada villenero.


Día 4 de locura, día que anuncia el pistoletazo de salida de las fiestas de Moros y Cristianos. Pero todavía quedan unos días. Todo llega. Este domingo ha sido como un gran aperitivo para ese día 4 que está en rojo en los calendarios de muchos ciudadanos de esta noble villa.

Por la mañana, las catorce comparsas, con sus respectivos arcabuceros, recorrían las calles de la ciudad como si de serenos se trataran, avisando de la cercanía de la fiestas, y sobre todo, la llegada de la Patrona, esa rosa diminuta de fragancia. Y sonaron con fuerza esos arcabuces. Y eso olor a pólvora comenzó a impregnar las calles de Villena.

Y tras los arcabuceros, las regidoras, los cargos, las madrinas, los presidentes de las comparsas, los miembros de la Junta Central de Fiestas, los miembros de la Junta de la Virgen, los miembros de los diversos grupos políticos de la ciudad, y la Banda Municipal, llevando en volandas a todo aquel o aquella espontánea que deseara acompañarla. ¡Qué ganas de fiesta!

Y llegó la tarde. Tocaba arreglarse para la ocasión. Ropa cómoda, calzado adecuado, agua, bocadillo, pañuelo rojo y ganas, sobre todo ganas de acompañar a la Virgen de las Virtudes desde su lugar donde pasa unos 355 días al año, hasta la Iglesia de Santiago, donde le esperaba uno trono digno de abrazar a esa Patrona querida.

Un año más, y con puntualidad inglesa, la Morenica hermosa asomaba por la puerta de su templo, donde la esperaban miles y miles de fieles esperando portarla y acompañarla hasta su lugar de descanso hasta el próximo día 9 de septiembre. Como siempre fue recibida por los arcabuceros de la comparsa de Piratas. En ese momento comenzaron a brotar de los ojos de muchos villeneros las primeras lágrimas de emoción.

Familias enteras, mascotas, peñas, escuadras, amigos, visitantes de localidades cercanas… No faltó nadie. Más de 20.000 personas acompañaron a esa rosa diminuta durante los ocho kilómetros que separan su casa de el templo que la acoge con los brazos abiertos. No faltaron los piropos, los olés, la alábega…

Un alto en el camino. Tocaba reponer fuerzas, y que mejor lugar que la ermita de San Bartolomé, donde miles de personas la esperaban agolpados en la explanada, en las laderas, en el suelo. Todos querían verla de cerca, sentir su esencia.

Llegada a Los Salesianos

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Tras su merecido descanso, de nuevo en marcha. Cada vez Villena estaba más cerca. Ya se podía definir desde la lejanía su castillo, los campanarios de Santa María y de Santiago. El sol trataba de despedirse de la Morenica hermosa, más rojo e inmenso que nunca, como si de unas buenas noches se tratara, mientras que la luna esperaba su turno para darle la bienvenida en Los Salesianos.

Y así fue. Las calles de Villena, con sus vecinos en las aceras se acercaban a tocarla, mientras que los arcabuces comenzaron a explosionar en su misión de acompañarla desde Los Salesianos hasta Santiago. Y fue así. Poco a poco, y con la luna como mejor acompañante, la diminuta rosa fue llegando a su lugar de descanso. Fue cuando los alféreces entraron en escena, haciendo rodar sus banderas, con el sonido atronador de los arcabuceros con sus respectivos capitanes a la cabeza, mientras ella, la diminuta rosa observaba desde la puerta de la Iglesia la pasión de un pueblo que, como cada año, se volcó con su patrona.

La Virgen de las Virtudes ya está en Villena, a pesar de que este año los vehículos se convirtieron en romeros, muy a pesar de los viandantes, los cuales, y asombrados al no ver durante todo el recorrido, a nadie que impidiera que los coches circularan por donde lo hacían miles de personas. Pero eso queda como anécdota, negativa, pero al fin y al cabo anécdota.

Eres Morenica hermosa, sol radiante que destellas.

Eres rosa diminuta de fragancia bella…

Salve, Patrona querida! de la ciudad de Villena.

Salve, Morenica linda, de gracia y virtudes llena!

Salve, Patrona querida…

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