Algo se acerca rápidamente a nosotros, como si de una gran araña se
tratase, una tarántula que al verla de cerca nos sobresaltamos al
fijarnos que es una mano oscura con unas grandes uñas negras. Una mano
que nos recuerda al carismático personaje de «La familia Addams» pero
con un aspecto más siniestro y más demoníaco
Esta historia sucedió en la mágica década de los 80, donde fueron unos
años muy interesantes dentro de lo paranormal e incluso la fenomenología
ovni.
Corría el mes de Agosto del año 1983, nuestra protagonista Mari, una
niña de apenas 5 años de edad que vivía con sus padres en el barrio de
las cruces de Villena. Por las tardes todos los niños salían a correr y a
jugar, era la hora favorita de los pequeños de entonces. Mari salió
contenta de casa para jugar con su amiga Rosa a las muñecas, pasaron la
tarde jugando y corriendo por la calle.
Empezó a oscurecer y las respectivas madres de Mari y Rosa les llamaron
para volver a casa, Rosa se adelantó y Mari quedó atrás, la calle se
quedó en silencio, cuando de repente la niña escuchó como unos pequeños
susurros detrás suyo, sintió como se le erizaba el cabello y al mirar
hacia atrás vio algo que nunca olvidará.
¡Lo primero que pudo ver era una araña de grandes dimensiones en la
pared, asombrada se acercó tan sólo un paso, pero al observarla más
detenidamente pudo ver que no era una araña sino una «mano», pero no una
mano cualquiera, era una mano arrugada, oscura, venosa y con unas uñas
negras muy largas, se movía junto con unos pequeños espasmos y
correteaba por la pared de una de las casas! A Mari se le aceleró el
corazón y caminó bastante rápido, volvió a girarse y esa «mano» ya no
estaba allí, había desaparecido.
Llegó a casa y su madre le preguntó que qué le había pasado, ya que
estaba muy pálida, pero la niña era muy tímida y no le dijo nada a sus
padres. Cenando le rondaba todo el rato en la cabeza esa imagen, ella al
ser tan pequeña e inocente no sabía darle una explicación.
Ya en la cama la niña despertó por la madrugada, no quitaba la mirada de la
ventana, podía ver la luz de la calle por la persiana. ¡De repente
escuchó de nuevo esos susurros! atemorizada se tapó con la sábana, pero a
pesar de ser una niña muy tímida también era bastante curiosa, miró a
la ventana… ¡Era esa «mano» de nuevo, estaba allí, por fuera de la
ventana a través de la luz que entraba se podía ver, parecía que la
estaba buscando!
Mari se tapó de nuevo y cerró los ojos hasta que quedó dormida.
Despúes de esto, Mari nunca más volvió a ver a esa «mano». Estuvo mucho
tiempo sin querer pasar por aquella casa donde la vio la primera vez.
Se han dado varios casos de esta «mano», hay otro caso muy parecido pero
de diferente aspecto, en este caso era una «mano» más humana pero con
un guante blanco de algodón.