Parecía que todo estaba programado. El cielo se sumó al acto de protesta llevado a cabo en la ciudad de Villena en contra de la violencia de género. Los allí presentes, un centenar, esperaban el comienzo del acto. Cuando Isabel María Silva, portavoz del Consejo de Igualdad cogió el micrófono, el cielo comenzó a llorar. Fue lo que dijeron un grupo de personas que estaban presentes en la Plaza de Santiago. «Es como si se uniera y protestara de esa manera», apuntó una vecina.
No dio tiempo a más. Se proyectó sobre la fachada de la Casa de la Cultura el vídeo «No voy a callarlo más», canción compuesta por el villenense Antonio Molina Navalón, y cantada por Elis Montero. Fue emotivo. Si escuchas la letra te llega hasta lo más hondo de tu corazón: «Llévate tu odio, llévate tu voz. Llévate tus miedos, llévate tu sin razón. Llévate tus manos, las que me golpean, las que me torturan y me abofetean. Llévate tu ira y déjame vivir, sin ti». Junto a Isabel María Silva la práctica totalidad de el equipo de gobierno, la oposición y personas anónimas que quisieron decir «basta ya» hasta que la lluvia comenzó a calar a los allí presentes.
«Llévate tus gritos, llévate tu horror. Todos tus insultos, toda tu agresión. Llévate tus ojos, los que ven penumbras cuando necesitas ver lo que no hay. Llévate tu orgullo y déjame vivir… sin ti», prosigue la letra de esta canción. Y es que es necesario una actuación rápida. Ayer mismo morían dos mujeres más a manos de sus ex parejas.
Se repartió, además del lazo morado, la letra de una de las canciones de India Martínez. «Nombres quedan sus nombres en la lista interminable de mujeres que tuvieron compañeros sucios y cobardes. Nombres quedan sus nombres pero no están sus vidas. Se las arrancó el delirio y aunque olviden las «olvido», no se cierran las heridas. Son nombres de mujer «victorias» que perdieron la guerra en su alcoba con los moraos de «la lirio». Los dolores de las «lolas» los dolores de las «lolas». Las «socorros» sin socorro que aman a hombres sin «caridad». Y le dan «martirio» hasta su sepelio. Y aunque grite la «rosario» y se entere el vecindario. No hay «Ángeles» ni «remedios». Dentro del tándem del miedo se marchitan «hortensia»,» azucenas» y «rosas» sin «consuelo». Haber nacido mujer del vientre de otra mujer, es su alegría, su orgullo y condena. De luto las «manuelas», las” mercedes», «candelarias» y «marías». Malditos sean los hombres, malditos sean los hombres que acaban con las mujeres y solo dejan listas de nombres, tan solo nombres, tan solo nombres».
Y justo en la acera unos zapatos, vacíos, huecos, con un papel dentro y con un nombre, 45 nombres. La última, una de 32 años. Descansad en paz, nos faltáis todas. De esta sin razón, cinco casos investigados, y el daño colateral: 33 menores huérfanos. ¡Denuncia! Desde KANFALIA nos unimos a esta jornada y gritamos a los cuatro vientos: ¡Denuncia! ¡Que pare ya esta barbarie! ¡No a la violencia de género!