Cuando afirmamos que
alguien “está verde”, nos referimos a su inexperiencia o falta
de pericia. Cuando a alguien lo “ponemos verde”, estamos
criticando su manifiesta y negligente incapacidad. Los actuales
gobernantes del Ayuntamiento de Villena han conseguido aunar ambos
significados, haciendo honor a su denominación como partido
político, Los Verdes.
Podría añadirse una
tercera acepción, la irresponsabilidad. Esa actitud displicente con
la que recurren a excusas pretendiendo eludir siempre las
consecuencias más desfavorables y perjudiciales para sus intereses.
Y que, paradójicamente, los convierte en los máximos responsables
del estado de malestar y descontento que se hace cada vez más
palpable entre la ciudadanía. Resulta una irónica incongruencia que
Villena tenga un plan de “felicidad”. Una muestra más de la
“política de escaparate”, nada efectiva y poco realista del
actual equipo de gobierno.
Los ediles Verdes nunca
son culpables de lo que afecta negativamente a la población. Siempre
depende de la mala suerte, de un imponderable imprevisto, de una
medida adoptada por otra Administración o del proceder inadecuado en
la tramitación por parte de algún club deportivo, asociación
cultural, festera, sociosanitaria o vecinal.
Desafortunadamente, en
tres años y medio de legislatura con mayoría absoluta, Francisco
Javier Esquembre y sus concejales han desaprovechado los logros
conseguidos durante el mandado anterior. Están echando por tierra un
trabajo compartido del que fueron los únicos beneficiarios y que, a
criterio de los electores y las electoras, les granjeó un amplio
apoyo en los últimos comicios municipales. Entonces sí les gustó
ser considerados en solitario los “responsables” de los méritos.
Su
irresponsable gestión y manera de proceder se confirma ahora en el
hecho de que no hayan sido capaces de aprobar los Presupuestos de
2018. Pero lo más molesto es que sigan con su huida hacia delante,
engañando a los villeneros y las villeneras, en muchos temas.
El alcalde se comprometió
hace unos días a tener preparadas las cuentas de 2019 antes de
finalizar el presente año. Algo muy improbable, si atendemos a los
antecedentes. No solo porque estamos en vísperas de Navidades, sino
porque los Verdes están en minoría a causa de las bajas médicas de
dos compañeros. Precisamente, una de las ausentes en los últimos
Plenos ha sido la responsable del área de Hacienda. Y nos consta que
no se trata solo de un problema de salud. También de graves
desavenencias políticas internas.
Nos tememos que, gracias
a la irresponsabilidad de los Verdes, se pueda provocar un giro del
electorado local a la derecha. La responsabilidad del PSOE es
impedirlo, ofreciendo una clara alternativa de gobierno desde
planteamientos y principios progresistas. Nuestro proyecto de
municipio ha de ser creíble, recuperando la ilusión, aplicando una
política a favor de las personas y proponiendo soluciones. El reto
no es fácil. Pero quién dijo que lo fuera.
Con solo tres concejales,
los socialistas durante estos algo más de tres años hemos llevado a
cabo una efectiva tarea de oposición, tomando la iniciativa y
realizando propuestas para mejorar Villena. Cuando hemos tenido la
posibilidad de gobernar, hemos demostrado que, con trabajo y
aprendiendo de los errores, podemos gestionar el ayuntamiento como se
merecen los villeneros y las villeneras. Ahora queremos volver a
intentarlo, contando con la confianza necesaria.