El pasado lunes tarde, en la Plaza
Mayor, se realizó la Asamblea formada organizada por la Coalición
política formada por Podemos, Izquierda Unida y Compromís –con la
adhesión a esta última de Los Verdes de Europa. Asamblea de
Villena-.
Alrededor de 150
personas acudieron a la convocatoria y en ejercicio de espíritu
democrático participativo aprobaron, antes de nada, el orden del día
previsto, así como hicieron uso del turno de palabra.
Durante hora y cuarto se
trazaron las líneas maestras de la coalición política que pretende
gobernar en las próximas Elecciones Generales mostrando un Programa
fundamentado en soluciones para la mayoría de la población; medidas
para esa gente que está siendo vapuleada desde el inicio de la
crisis; esa gente que no llega a fin de mes y no ve el futuro con
mucha esperanza.
La Coalición es el
resultado de esa gente que, desde el 15 de mayo de 2011, comenzó a
indignarse y a movilizarse en asambleas como la que ayer se llevó a
cabo. Desde aquel año hasta ahora, grupos de “yayoflautas”,
“mareas defendiendo la Sanidad, la Educación Pública”, la
Plataforma de Afectados por la Hipoteca, las marchas por la Dignidad
comenzaron a dar sus frutos con la presencia de Podemos en el
Parlamento Europeo en 2014. Poco después, en las elecciones
municipales de 2015, muchos Ayuntamientos –entre ellos algunos del
rango de Madrid, Barcelona, Valencia, Cádiz, Zaragoza…..- pasaron
a ser gobernados por personas con afinidad al 15M. Finalmente, las
Elecciones Generales del año pasado, los 69 escaños conseguidos por
Podemos –más los 2 de Izquierda Unida- seguían incidiendo en lo
mismo: el espíritu de la gente indignada sigue en vigencia.
Y dentro de quince días,
tendremos una nueva cita democrática: la Coalición puede garantizar
el Gobierno del país.
Para ello, la
movilización debe ser total y, para ello, el entusiasmo, la alegría
y la indignación deben ser nuestros pilares.
Estamos ante un momento
histórico en la Historia reciente de España. Queremos ser
protagonistas del cambio. Queremos estar presentes ahora que surgirá
un Gobierno que antepondrá los Derechos Humanos sobre cualquier
norma económica, industrial o bancaria. Algo realmente inaudito pero
no por eso menos grande.