WhatsApp, Facebook, Instagram, Twitter…
Móvil, tablet, ordenador, consola…
Los jóvenes de hoy están casi más pendientes de sus aparatos electrónicos que de la vida que les rodea o de otras formas de ocio alejadas de la tecnología. Pero, puede que esto sea generalizar demasiado, ¿no? Hoy día hay muchas maneras de que todo el mundo, ya no sólo los jóvenes, combinen o complementen la vida en la red con la vida real o medios más convencionales (recordemos que hasta hace 20 años pocas personas tenían móvil). Una de las formas, en mi opinión, más bonitas y útiles de fusionar la difusión e inmediatez de internet con la cultura y lo real de la literatura son las colaboraciones de bloggers (personas que tienen un blog en la red) o vlogers (vídeo bloggers) con editoriales.
¿En qué consiste esta especie de «pacto»? Es muy sencillo: Una persona tiene un blog o un vídeo blog literario, es decir, en el que reseña, habla, comenta, critica (objetivamente), da su opinión… sobre los libros que va leyendo en su día a día. Pues bien, una vez que hace este tipo de reseñas con cierta regularidad, esta persona se pone en contacto con una editorial (aunque también puede pasar al revés y que la editorial se ponga en contacto con el bloggero en cuestión) y llegan al acuerdo de que, si la editorial le envía x libros gratuitamente cada mes o cada cierto tiempo, él o ella los leerá y los reseñará haciendo así publicidad de la editorial y dando a conocer sus libros. Estas reseñas no tienen por qué ser necesariamente positivas, pues se trata de dar su opinión honesta, sincera y constructiva, porque a la editorial o a los escritores no les ayudaría a mejorar que les dijeran a todo que sí y que muy bonito todo.
Hasta aquí todo bien, ¿no? ¡Qué chollo! ¡Libros gratis! Pues no, este privilegio conlleva cierta responsabilidad, ya que no puedes esperar que la editorial te mande un libro en enero y tú te tomes la libertad de reseñarlo en abril, no. Y aquí encontramos otro contra, que los libros, muchas veces (la mayoría) no los eliges tú, la editorial te manda sus novedades o los libros que les interesa y vas a tener que reseñarlos sí o sí, arriesgándote a leer cosas que quizás no te gusten.
Esta práctica, como ya he dicho, tiene mucho éxito en las plataformas Blogger y Youtube, dos redes sociales con un alcance impresionante. Pero, ¿qué se consigue con esto aparte de beneficiar a la editorial con la publicidad implícita y saciar el apetito literario del blogger? Para empezar, es una forma de fomentar la lectura porque, vale, cuando una crítica no es buena igual se te quitan las ganas de leer ese libro, pero, ¿qué pasa cuando el blogger habla de ese libro que se acaba de leer con pasión, citando frases que a ti también te llaman la atención y ves que esa historia te puede gustar? Yo al menos me lo apunto en mi lista de «Libros para leer» y me encanta ver que poco a poco voy tachando libros que ya he disfrutado y, como ya tenía una idea previa de lo que me iba a encontrar, no me han decepcionado y me han entrado ganas de leer más y más. Y por otro lado, para los lectores de este tipo de blogs literarios es una forma magnífica de descubrir libros que quizá de otra manera igual no hubieran sabido de su existencia, como me ha pasado a mí en diversas ocasiones.
¿Qué me decís? ¡La idea pinta muy bien! Pero esta es solo una de tantas iniciativas que poco a poco van surgiendo para conectar la vida virtual con la cultura, pues actualmente están apareciendo muchas otras maneras de acercar a las personas, sobre todo a los jóvenes, a la literatura -en este caso- sin dejar de lado la tecnología que tanto les gusta. De hecho, esta iniciativa acerca la literatura a las personas precisamente a través de internet, así que me parece que se trata de una gran alianza para progresar sin perder las buenas costumbres.