Emotivo acto el que se ha llevado a cabo este mediodía en la Plaza de Santiago de Villena con motivo de este nuevo acto que ha servido para homenajear a los y las festeras fallecidas, con la presencia de autoridades, Junta Central de Fiestas, comparsas, Junta de la Virgen, regidoras, cargos, y madrinas.
Se tocó un solo de corneta desde uno de los balcones de la Casa del Festero, para posteriormente, y tras leerse un manifiesto, los capitanes de las catorce comparsas disparos salvas en honor a los que se han marchado.
Este es el manifiesto que se ha leído:
Nos encontramos reunidos en este emblemático lugar –la Plaza de Santiago-, siendo hoy el esperado Día 4 de septiembre para la ciudad de Villena y estando presente el pendón de Ntra. Sra. de las Virtudes –Patrona y Alcaldesa de la Ciudad- asomado desde la puerta lateral de la Arcedianal Iglesia de Santiago, para decirles a nuestros festeros fallecidos que han trascendido a una realidad más grande, que siguen viviendo en cada nota musical, en cada arcabuz, alábega, conversión, desfile y encuentro que suponen las Fiestas de Moros y Cristianos de Villena.
Las palabras y los homenajes son gestos, entendimiento y agradecimientos que van íntimamente ligados, siempre, al compañerismo entre nuestras catorce Comparsas y que crean lazos sentimentales y afectivos inquebrantables e irrompibles. Palabras y homenajes que quieren intentar alcanzar la realidad a la que han trascendido nuestras personas festeras fallecidas, una realidad que constituye una línea inacabable desde el pasado, confluyéndose con el presente y proyectándose, fuertemente, hacia el futuro.
Quienes nos antecedieron, nos trasmitieron sus tradiciones y nos enseñaron a respetarlas y amarlas, ellos y ellas, incluso algunas no habiendo vestido un traje festero por las circunstancias de la vida, están presentes en cada decisión que nos planteamos como inevitables, en el trabajo anual desempeñado con generosidad, pasión e ilusión, en la entrega sin fisuras, en cada uno de los bloques, de los estandartes, de las carrozas, de las escuadras, de los boatos y de las bandas de música. Están presentes en las evoluciones de nuestros cabos, en el aplauso de quienes nos contemplan y en el aire hecho suspiros que hasta el cielo va y es por ellos recogido.
Están presentes, sin duda, en el recuerdo íntimo y personal de cada uno de nosotros y en el recuerdo colectivo. Un recuerdo que nos refresca sus formas de ser, sus caracteres, sus mimos y también, por qué no, sus obsesiones por mejorar, por engrandecer, por hacer única y universal nuestra idiosincrasia y manera de entender y transmitir.
Están presentes, por supuesto, incluso en un aspecto que es fundamental, el humano, con los desaciertos que todos inevitablemente perpetramos. Circunstancia ésta insignificante al trasmitirse desde la alegría y la buena fe y que, por contra réplica, muchas veces fueron el detonante de chascarrillos y anécdotas que hoy son historia y nos dibujan una sonrisa.
Bajo ningún concepto han dejado las personas festeras fallecidas de pertenecer. De pertenecernos. Por ellas y para ellas, ahora que las fiestas de Moros y Cristianos 2016 piden paso va nuestro pensamiento, nuestro tributo, nuestra lágrima más incrustada en el alma y emocionada, nuestro reconocimiento más rendido, nuestro amor. Escuchadlo y sabedlo bien, nuestro amor. Nuestro amor.