La ola de frío y nieve que está asolando la comarca del Alto Vinalopó deja, además de malas noticias, otras que son dignas de reseñar. Esta es la historia de dos héroes anónimos, a los que les ponemos nombre y apellidos, que desafiando a las inclemencias meteorológicas, decidieron coger su todo terreno, y marcharse a ayudar al prójimo de una manera desinteresada, y poniendo en riesgo su integridad.

A buen seguro que los lectores de Ágora Habla y Ágora Deporte los conocen de sobra. Brillan por ser unos amantes del deporte del motor, y sobre todo, amantes de las pruebas que se realizan en el desierto. Nos referimos al petrelense Miguel Arjona, y al villenense Ricardo Martínez, piloto y copiloto de la escudería Aridex-Sipu Racing, respectivamente.

Si son buenos, por no decir los mejores, en estas pruebas, son excelentes a la hora de liarse la manta a la cabeza, y coger su Nissan GR, y marcharse a rescatar coches que llevaban, muchos de ellos, desde las nueve de la mañana atascados en la carretera que une el cruce de Caudete con Fuente la Higuera.

Sabemos que como ellos, a buen seguro, hubieron otros. E imaginamos que también fueron muchos los que tuvieron la ocasión de poder dormir, sino en casa, a salvo, gracias a la labor de la Guardia Civil, Protección Civil y demás fuerzas del Estado que llevan varios días sin prácticamente descansar.

Juan Hernández, vecino de Villena, fue uno de los muchos afectados por esta situación en el día de ayer. Se encontraba detenido a causa de la nieve, y fue uno de los rescatados por Miguel y Ricardo. «Nosotros decidimos que debíamos de echar una mano como fuera», apunta Ricardo Martínez. Apunta que sin dudarlo, habló con Miguel Arjona, y se pusieron, a bordo de su coche, rumbo a Fuente la Higuera. La empresa era muy complicada. Les aconsejaron que se dieran la vuelta, pero les pudo más su afán de ayudar que el miedo a que les pudiera pasar algo.

«Recorrimos la carretera que va desde el cruce de Caudete a Fuente la Higuera. No podíamos llegar a Villena, y nos pusimos a sacar coches que estaban atascados en la nieve, y sin comida ni bebida durante prácticamente todo el día. Nos pusimos ‘a saco’ a sacar coches y furgonetas, mientras que los camiones aprovechaban el surco que dejábamos en la nieve, para que pudieran salir», explica Ricardo Martínez, que iban preparados con bocadillos y botellas de agua que no dudaron a la hora de repartir estos víveres entre los que se encontraban durante horas sin poder comer.

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La imagen era la siguiente: Ellos abriendo camino a siete u ocho coches de la Guardia Civil, y detrás los coches que pudieron llegar a la autovía, y poder salir después de horas y horas atrapados por la nieve. «El problema llegó después. Nos aconsejaron que cesáramos en el empeño, pero todavía sacamos fuerzas para meternos dirección a Fontanares, y sacar a varios coches más que se encontraban atrapados, llevándolos hasta el cruce donde se encuentra la cárcel de Villena», explica Martínez.

Juan Hernández, uno de los rescatados por Miguel y Ricardo

Si esta mañana había una persona muy agradecida a lo realizado por Miguel Arjona y Ricardo Martínez, esa era Juan Hernández. «Nunca he visto nada igual. Sacaron mi coche como si de una pluma se tratara». Estas son las palabras de Juan Hernández. Éste trataba de llegar ayer a Valencia, y a cuatro kilómetros de Fuente la Higuera tuvo que detener su vehículo por que la carretera estaba intransitable. «Esto sucedió a las nueve de la mañana. Yo iba detrás de un quita nieve, hasta que nos hicieron parar», añade.

Con tantas horas por delante, y gracias a que Juan es cargo este año en la comparsa Bereberes, «y por un grupo de whatsapp que tenemos los cargos, salió Ricardo Martinez (cargo de los Marinos Corsarios), y me dijo que venían a por mí. Yo, medio en broma, le dije que me trajeran un bocadillo, aunque sí es cierto que le hice desistir de su idea, ya que la carretera estaba intransitable. Pero no me hizo caso, el muy cabezón».

Eran las siete de la tarde, y Juan, al igual que otros, seguían parados sin poder avanzar. Fue cuando apareció un Nissan GR, con Miguel y Ricardo, abriendo paso. «Me quedé alucinado. Comenzaron a sacar coches, incluso camiones, y con una facilidad increíble. Y sí, me trajeron un bocadillo y agua. No obstante, después de sacarme y al ver que por la autovía era complicado llegar a Villena, decidí dar la vuelta y dormir en casa de un familiar en Fuente la Higuera», explica Juan, que le está enormemente agradecido a «estos dos ángeles de la guarda que se merecen un monumento».

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