Primer paso para que los residuos procedentes de la Vega Baja dejen de llegar a Villena. Llegará basura de la Vega Baja a la planta de Fontcalent, pero eso no significa que las instalaciones acojan más desperdicios, puesto que la Concejalía de Medio Ambiente ha negociado con la Generalitat Valenciana permitir la entrada de estos residuos a cambio de que no vengan más de Xàtiva, un punto en el que ambos quedaron de ayer de acuerdo.
La Generalitat Valenciana había pedido al Ayuntamiento que acogiera, al menos, 25.000 toneladas anuales de residuos que hasta ahora se llevaban a Villena y Jijona tras el cierre de la planta de Abornasa en Crevillente por resolución judicial. Finalmente, serán unos poco más, todavía sin especificar, pero «nunca llegarán a las 65.000 toneladas que se recibían desde Valencia», explicaba ayer el concejal de Medio Ambiente, Víctor Domínguez, a preguntas de La Verdad de Alicante. Es decir, Fontcalent acogerá menos basura.
De esta manera, se consigue que la «muy saturada» planta de Fontcalent, según reconoce el propio Domínguez, pueda alargar su vida útil unos años más y que se relaje el ritmo de maquinaría y trabajadores. Todo ello evitará la aparición de malos olores y otros problemas medioambientales al trabajar con una capacidad más adecuada.
El concejal del área, Víctor Domínguez, se puso en contacto ayer con el director general de Cambio Climático y Calidad Ambiental, Joan Piquer, para tratar la petición de la Administración autonómica de recibir residuos de la Vega Baja. La conversación transcurrió «en un clima muy cordial», explicó Domínguez, y rápidamente se pusieron de acuerdo para solucionar el problema. La basura de Xàtiva que ahora llegaba a Alicante se repartirá entre vertederos de la provincia de Valencia.
No obstante, la Concejalía de Medio Ambiente no se conforma con reducir la llegada de basura (ya redujo la entrada de otras 55.000 toneladas y quitó un turno de trabajo), sino que quiere modernizar la planta de Fontcalent, para lo que quiere invertir 320.000 euros en este ejercicio.
En el capítulo de inversiones sostenibles, ya dispone de cerca de 180.000 euros para obras de reparación en la planta que eviten, sobre todo, los malos olores que se producen especialmente en verano. Tratarían, según explicó Víctor Domínguez, de empapar al menos una de las dos balsas de lixiviados para evitar que las emanaciones se propaguen por las partidas rurales.
El resto son inversiones que permitirán un mejor aprovechamiento de los residuos que llegan hasta la planta, indicaron desde la Concejalía de Medio Ambiente.
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