Llega el fin de semana, aunque para algunos llegó el jueves, y por fin tenemos un estreno de terror, con muñeca de porcelana incluida.
Lo primero que nos viene a la cabeza es el parecido a la película de Chucky, en femenino, pero aun teniendo ese parentesco en el planteamiento inicial, este film tira por la rama del satanismo y posesiones espirituales de una forma mucho mas comercial.
El exigente público de Sitges, valoró entre aplausos y silbidos la película, pero teniendo en cuenta la dura exigencia de este público, y sobre todo, en el género del terror, este proyecto no dejará indiferente a los que nos gusta pasar miedo.
Un argumento entretenido de principio a fin y unos sustos muy bien conseguidos son unos de los puntos que destacaban en el festival, por lo que la parte negativa la mayoría coincidía con el final, demasiado «complaciente» quizás.