La
edil de Desarrollo Económico se ha quedado sin argumentos porque es
imposible pretender negar la evidencia. Cuando se utiliza la
descalificación personal para defenderse y se echa mano de
comparaciones muy poco afortunadas intentando justificar lo
injustificable, se corre el riesgo de cometer el mismo error, perder
las formas, hacer el ridículo y provocar vergüenza ajena. Estos son
motivos suficientes para que le toque abandonar sus responsabilidades
en el gobierno municipal por el bien de todos.
La
incapacidad de Esther Esquembre para gestionar el área de Formación
y Empleo se demuestra con cada subvención perdida, y ya son unas
cuantas. Cuando Villena se presenta a una convocatoria de ayudas del
SERVEF se está invirtiendo trabajo y tiempo por parte de los
técnicos, además de recursos económicos públicos. Si el resultado
es infructuoso y no se consigue, todos salimos perdiendo. Las más
perjudicadas son las personas jóvenes desempleadas que no pueden
aprovechar un programa de inclusión sociolaboral. Por tanto, desde
el ayuntamiento se deben fijar claramente prioridades para actuar con
diligencia, obtener resultados y no trabajar y gastar dinero en vano.
Algo que no se está haciendo hasta ahora.
Cuando
la concejal Verde vuelve a comparar el sistema de concesión de
subvenciones con la lotería, está insultando la inteligencia de los
villeneros y las villeneras. El sueldo de un gestor público no es
para que se juegue al azar con lo recaudado a través del pago de
nuestros impuestos. Si hacemos la comparativa entre las cantidades
económicas y el número de solicitudes y denegaciones de talleres de
empleo a lo largo de esta legislatura, está claro que salimos
perdiendo como corroboran los datos estadísticos.
Por
cierto, la transparencia, una vez más, tampoco es una característica
de Esther Esquembre. Sus comparecencias ante los medios no se
producen por iniciativa propia, sino siempre después de que el
Partido Socialista haya denunciado alguna subvención no concedida.
Nunca puede desmentir la información porque los hechos son
irrefutables. Tan solo le queda hacerse la ofendida, practicar el
victimismo y excusar su incompetencia recurriendo a falsedades y
pataletas.
En
una reciente rueda de prensa intentó incluso descalificarme
aludiendo al proceso democrático de primarias que hemos llevado a
cabo en la Agrupación Socialista de Villena. Se deja llevar por su
rencor y su palmaria ignorancia. Más del 92% de la militancia del
PSOE ha participado para elegir libremente al candidato a la
Alcaldía, con casi un 70% de apoyo. Por tanto, hemos salido
reforzados para afrontar con más ilusión las elecciones de mayo.
Tal
vez Esther Esquembre tenga envidia y esté enfadada o frustrada
porque los Verdes se comportan como un viejo partido monolítico, de
pensamiento único, dirigido por un líder que no puede ser
cuestionado. Y no lo digo yo, sino ex miembros fundadores del partido
que se han dado de baja por hastío y discrepancias insalvables, al
igual que el ex coordinador de la Asamblea Verde.
Por último, querer
acusarnos de que los socialistas retrasamos la aprobación del Plan
FID y que eso haya supuesto minorar la puntuación en el baremo de la
última subvención perdida, es inaudito y mezquino. La propia edil
de Igualdad, Cate Hernández, nos agradeció las aportaciones
formuladas por el PSOE, intentado enmendar las posibles carencias
para mejorar el documento definitivo. La mayoría absoluta de los
Verdes les hubiera valido para aprobarlo unilateralmente desde el
principio, como sucedió al final por no atender en su justa medida
nuestras propuestas.
Ahora va a resultar que
por nuestra culpa no se han aprobado los presupuestos municipales de
2018. De chiste si no fuera porque es un asunto muy serio. En todo
caso, existen en la convocatoria del SERVEF otros apartados que han
sido valorados de forma negativa.