Ha vuelto a suceder. No es la primera, ni será la última vez. Día tras día, semana tras semana, mes a mes… Esa extraña luz naranja… ¡Qué horror! ¿Nadie puede hacer nada? No se trata de la ‘leyenda urbana’ de la chica de la curva. Ni Iker Jiménez, el único que sigue viendo caras en la cocina de una señora ya fallecida, en Belmez. ¡Va más allá!
Querido conductor, ¿recuerdas esas avenidas de dos carriles y glorietas de cuando en cuando, en las que la mayoría de los conductores va a seguir de frente, cosa que asumen los que vienen en sentido contrario? ¿No te has llevado más de un susto cuando has seguido haciendo la glorieta y se te metían los que venían de frente, o viceversa, ibas a entrar y te diste cuenta de lo gañán que eres al ver que alguien estaba continuando en la glorieta?
Entonces, querido conductor, responde a esta pregunta: «¿Para qué están los intermitentes?». Sabemos que es complicado hacerlo, aunque únicamente tengas que utilizar un dedo para mover la ‘palanquita’. Pero debe de ser costoso. ¡Trabajar en la obra sí que es costoso!
Por mucho que te lo enseñan en las auto escuelas, luego hacemos lo que queremos. Claro, es como en el colegio, estudias para aprobar, y una vez, con las notas en las manos, y con el paso del tiempo, ya ni te acuerdas de quién descubrió América (y no me refiero a la película de Elia Kazan: ‘América, América’. Me refiero a Cristobal… ¿cómo se apellidaba?). En fin, pues eso.
En esta conversación de WhatsApp viene todo muy bien explicado. Es un buen tutorial, aunque esté hecho con mucho, mucho humor…
¡Feliz fin de semana ‘agoritos y agoritas’!