Hola querid@s amig@s: Hace ya un tiempo que no escribo debido al proceso de recuperación que he tenido que pasar estos meses, después de mi operación. Quiero compartiros la experiencia de aprendizaje tan maravillosa que he vivido. Nadie se podría imaginar que una operación podría ser una experiencia tan positiva, pues querid@s amig@s, lo puede ser.
En primer lugar tuve que superar «el miedo y el dolor», los grandes protagonistas de nuestras vidas, porque sabia que esta operación me iba a apartar de lo que más me gusta hacer, «jugar a frontenis» y sabía que la recuperación a posteriori iba a ser larga y dolorosa, un gran error de percepción, en este caso.
Os cuento el proceso:
Antes de entrar a quirófano tuve que RENDIRME, si señor@s, ¡rendirme!, aceptar que esto era lo mejor para mi salud y aceptar que no siempre ocurren las cosas como una quiere que sucedan. Después de mucho llorar por el dolor y la negación de querer aceptar la situación, baje mis hombros y la cabeza y me deje llevar hacia lo que parecía ser el camino que era inevitable, sin ni si quiera poder avisar a mis padres, los cuales se encontraban en España, entré a quirófano sin saber a que me atenía, ya que si no intervenían no podían averiguar lo que me pasaba y mi estado era muy crítico.
Salí de la operación bastante adormecida por la anestesia, pero sin dolor y sin saber lo que vendría después de esto.
La verdad es que la atención de los doctores y el equipo de enfermeras fue extremadamente generoso, con su amabilidad y con sus cuidados, del que siempre les estaré agradecida.
Posteriormente me trasladé a la casa y tras varios días totalmente incapacitada y sin apenas poder moverme empecé a experimentar lo que para mí es «la plenitud»:
– Es una experiencia totalmente intrapersonal, en la que absolutamente nadie puede incidir, sólo tú.
– En ningún momento me sentí sola aunque pase mucho tiempo sola físicamente, ya que estoy lejos de mi hogar, mi familia y mis amig@s, recibí muchas muestras de cariño por parte de toda gente que me quiere y me aprecia de esta parte del charco y desde mi casa.
– Siempre imaginé que esta sensación la experimentaría en algún momento, después de mucho sacrificio, de un entrenamiento, dentro de una cancha de un frontón o en algún mundial, no sé, como si tuviera que depender totalmente de mi focalización y esfuerzo personal.
– Para mi sorpresa, estaba sola, incapacitada, lejos de mi casa, pero me había deshecho de algo muy importante y que al parecer cargaba como si fuera parte de mi equipaje en este viaje, el miedo y el dolor. Me liberé de ellos al entrar al quirófano, dejé de pensar en ellos, dejé de darles el protagonismo que durante tanto tiempo, sin tener conciencia de ello, les había dado. «Me dejé llevar», siempre imaginas cual es tú meta y que camino seguir, pues aquí otro craso error, el camino lo eliges, pero la vida tiene reservado para ti «sorpresas», las cuales tienes que aceptar por que son parte de tú enseñanza y es más, estas experiencias, no son ni buenas ni malas, simplemente SON, lo único que como buenos jueces que somos, ya que fuimos educados con unas creencias y costumbres tendemos a valorarlo todo, pues haciendo mención de mi enseñanza, en este caso, lo más importante es adaptarse y aprender de ellas indefinidamente, mientras que intentamos divertirnos de esta maravillosa vida carnal.
– Entonces empezó a entrar algo muy bueno en mí, la ACEPTACIÓN, de mí misma, pero no como profesional y deportista, ni de ninguno de los roles que desempeño en esta vida, sino como el SER humano que soy, en todos los sentidos. Qué SOY!!!?, cuando sabes quién eres y descubres que viniste ha hacer con esta vida, sientes un amor y una felicidad infinitos e indefinibles, porque no estas valorando con las experiencias que viviste o que conoces, no estás dentro de tú mente, sales ahí afuera, porque ese miedo se fue y empiezas a absorber y asimilar toda la sabiduría del universo, por ello es indefinible, amig@s piensen en todas las experiencias de toda la humanidad y multiplíquenlo por el infinito, pues aún así me quedo corta, es increíble todo el amor que se siente al sentirse plena.
– Sentirse plena no tiene que ver con acumular riquezas, ni con las habilidades ni destrezas que desarrollas, ni con que las personas te amen, ni con tú esfuerzo, ni con vivir experiencias.
– Pienso que tiene que ver con lo que tú seas capaz de sentir y proyectar por la existencia, en todos los sentidos hacía la vida. Como la amas y que eres capaz de hacer para que ésta perdure, en todas las amalgamas de colores que tiene, sobre nuestro planeta.
– Se trata de tomar conciencia de lo que eres y tomas acción en ello. Todos los días tenemos oportunidades para darnos a los demás, ya que todo lo que das te lo estás dando a tí mismo. Poder mejorar la vida de cualquier ser vivo, indiferentemente si es una planta, un animal o una persona, crea riqueza y valor en cada uno de nosostros, no esperes recibir un regalo físico, es mucho más grande que eso, exponencialmente estás elevando las almas de los seres vivos, entre ellas la tuya y eso es invaluable para tú ser y la vida. Hay que aprovechar cada oportunidad, es un regalo!!!:)
– Entiendes que tienes un regalo, o sea tienes el REGALO, LA VIDA!!! y la vas a cuidar, desarrollar y amar para el fin que se te fue dada. Sientes un agradecimiento inmenso con Dios. Por que el regalo de la vida es el AMOR.
Amig@s, a lo mejor es algo intenso, abstracto e incomprensible, pero es difícil de expresar esta experiencia tan especial y que ha marcado un antes y un después en mi ser. Posteriormente, por ende, mi perspectiva sobre la existencia ha cambiado, se ha enriquecido, me ha fortalecido y siento un infinito amor por todo lo que veo y siento. Lo tenía que compartir con tod@s vosotr@s, espero que much@s ya lo hayan experimentado y los que no hayan tenido la suerte, sólo es cuestión de tiempo, les recomiendo que se abran al camino del amor hacia la vida sin temor; y sobre todo que lo intenten reproducir todos los días de su existencia, es lo que os deseo.