La escenificación política que están
llevando a cabo los partidos sustentadores del sistema patriarcal-
capitalista, intenta ocultar la realidad de la situación de la
mayoría social y muy especialmente la situación de las mujeres, ya
que las políticas de recortes económicos y derechos fundamentales
nos atacan a nosotras de manera directa, es decir, al 52% de la
población de este país (reforma laboral, recortes a la dependencia,
desatención a la violencia machista, límites al derecho a decidir
sobre nuestros cuerpos, consentimiento de la brecha salarial etc.).
Mientras tanto se mira hacia otro lado ante el brutal empobrecimiento
de las mujeres.
Es tiempo de hechos y no de meras
palabras que haya que decir para conmemorar unas fechas.
El primer derecho pendiente, no
cumplido, se refiere al derecho a un trabajo digno, con igual salario
al de los hombres, que ponga las bases de la emancipación de las
mujeres como seres libres e iguales y que reivindicamos, hoy más que
nunca, este 8 de Marzo día de la mujer trabajadora. No cabe duda que
el cumplimiento de este derecho sentará las bases que impidan las
distintas violencias que se ejercen sobre nosotras, y que, junto a
otras medidas de respeto de los derechos humanos y a los que como
tales tenemos derecho, contribuirán a democratizar nuestro país
así como al progreso de la humanidad en su conjunto.
Es necesario y urgente que empecemos a
hablar de forma clara sobre la realidad laboral de las mujeres de
Elda, que tomemos conciencia de ello y del maltrato que estamos
sufriendo (economía sumergida, desigualdad salarial, imposición de
rol de ama de casa).
Por ello, en estos momentos, hay que
impregnar de feminismo la lucha política, en las instituciones y en
las calles, exigiendo de nuestros representantes la inclusión en los
presupuestos de las partidas necesarias para erradicar la desigualdad
entre hombres y mujeres.
Para qué queremos un Poder
legislativo que aprueba leyes que luego no se cumplen.
Para qué queremos un ayuntamiento que
aprueba mociones que luego no se cumplen.
POLITICAMENTE ES MUY CORRECTO, PERO
LA REALIDAD NO CAMBIA SIN VOLUNTAD POLÍTICA DE QUERER HACERLO.
Coeducar a la sociedad es fundamental
para erradicar desde la raíz la desigualdad, porque el lenguaje
sexista y los estereotipos machistas están en la escuela y en la
calle. Pero lo primordial es que nosotras mismas nos lo creamos y
hagamos de ello nuestra realidad y lucha diaria.
¡SIN IGUALDAD NO HAY DEMOCRACIA!