El Ayuntamiento ha inaugurado esta mañana la pintura mural del artista alicantino Bernardo Carratalá Poveda, que se realizó en 1907 para decorar el dormitorio principal de la vivienda situada en la Calle de la Purísima 31.

Ante el riesgo de derrumbe del techo de la vivienda, y la imposibilidad de restaurar la pintura en su emplazamiento original, el Consistorio aceptó el año pasado la donación de la obra por parte de sus propietarios actuales, la familia Navarro-Escolano, para ubicarla en la entrada del propio Ayuntamiento.

Para ello han sido necesarios meses de trabajos de rstauración, así como una minuciosa colocación en su nuevo emplazamiento, trabajo que ha llevado a cabo la empresa eldense Taller Religioso Julián del Olmo.

De esta manera, se consigue recuperar una de las principales obras en el panorama histórico-artístico de la ciudad, permitiendo además la visita al mural, ya restaurado, de manera completamente libre.

El Alcalde de la ciudad, Rubén Alfaro, ha destacado que “el objetivo es que cualquier ciudadano pueda disfrutar de esta excepcional obra”. Durante su intervención, Alfaro ha destacado el trabajo de restauración necesario que la empresa eldense ha llevado a cabo, agradeciendo la implicación de todos los implicados.

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La obra ubicada en origen en el domicilio de la familia Amat-Beltrán, fue realizada en óleo y temple sobre yeso y muestra una imagen central alegórica del Día naciente que sucede a la Noche, representada por una figura femenina acompañada por varios ángeles. La composición se encuentra redeada por una arquitectura de inspiración barroca, muy común en los murales decorativos de las viviendas de familias aristócratas y burguesas del siglo XIX y principios del XX.

Se trata de una de las pocas muestras que se tiene de pintura mural del pintor alicantino, admirado por el propio rey Alfonso XIII, siendo además la primera obra conocida de Carratalá y la única ubicada originalmente en un dormitorio.

La recuperación de la obra comenzó a finales de 2009 por la familia Navarro-Escolano que, ante la imposibilidad de mantenerla en su ubicación original, la dona al municipio en marzo de 2016. Para el proceso de restauración han sido necesarios siete meses, desde diciembre del 2016 hasta este mismo mes de junio.

Desde el Ayuntamiento han destacado que la recuperación de esta obra de arte y su exposición libre en el propio Ayuntamiento es una “apuesta municipal para dignificar la ciudad y sus raíces históricas y culturales”.

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