El
Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana
(ICOPCV) ha informado de que el tratamiento de las afecciones de los
pies por parte de personal no cualificado puede conllevar graves
consecuencias para la salud.
En
este sentido, ha advertido de que es fundamental asegurarse que quien
trate las patologías de pie y tobillo, así todo lo que ello
conlleve, sea un podólogo colegiado para garantizar la calidad de la
atención y de los tratamientos indicados.
Algunos
de los principales riesgos por no ser atendido por un profesional
adecuado pueden ser desde infecciones fúngicas o bacterianas, como
complicaciones de hongos y papilomas mal tratados que pueden
expandirse severamente o provocar pérdida de uñas; hasta
agravamiento de úlceras que, en el caso de personas diabéticas,
pueden acabar en amputaciones.
Desde
el ICOPCV se ha informado de que las principales vías de intrusismo
en la profesión se producen a través de los establecimientos
de venta de calzado deportivo
(que en muchas ocasiones realizan estudios de la pisada sin la
formación adecuada, lo que puede provocar falsos diagnósticos y
malas recomendaciones de calzados especifico antipronación, por
ejemplo, que puede agravar un proceso patológico o incluso conllevar
a sobrecargas musculo tendinosas debido al mal apoyo generado por
estas zapatillas especificas en diagnósticos erróneos dados por
personal no cualificado), esteticistas
(que suelen, por ejemplo, eliminar las durezas de los pies y,
pensando que son callos, limar verrugas plantares o papilomas, dando
lugar a un aumento del foso afectado pudiendo ampliar la zona de
lesión así como dar contagio a otras zonas sanas por la mala praxis
ejercida.; también cabe destacar la necesidad imperativa de un
protocolo de limpieza, antisepsia y desinfección del material
utilizado par a evitar el contagio entre pacientes/clientes
susceptibles) y, por último, un podólogo
no colegiado, que no
puede dar la calidad necesaria en sus servicios prestados ya que no
cuenta con el soporte científico, jurídico y de asesoramiento del
Colegio profesional ni la cobertura de Responsabilidad Civil que éste
contiene (la colegiación es obligatoria para ejercer en la
profesión).
“Uno
de los principales objetivos del ICOPCV para 2018 es continuar
combatiendo el intrusismo en este sector. Nuestro objetivo es velar
por nuestros colegiados, la dignificación de la profesión y la
salud podológica de la sociedad, por eso es esencial advertir de que
un diagnóstico o tratamiento por parte de profesionales ajenos a la
Podología supone un importante riesgo para la salud”,
ha asegurado Maite García, presidenta del ICOPCV.
Por
este motivo, desde el Colegio de Podólogos se ha indicado que los
pacientes deben asegurarse de que la persona que los atiende es un
podólogo colegiado y, por supuesto, desconfiar si no tiene la
titulación adecuada. En este sentido, han explicado que ni un
sanitario de otra especialidad ni otros profesionales como
esteticistas, por ejemplo, tienen la formación especializada
necesaria para tratar la salud del pie, prescribir un tratamiento o
recomendar el uso de unas plantillas especiales.
Para
que el paciente pueda cerciorarse de que se pone en manos de un
profesional cualificado es imprescindible comprobar que dispone de
número de colegiación y, en caso de que éste no sea facilitado o
no hayan recibido una atención adecuada, pueden ponerse en contacto
con el Colegio para notificarlo y así que se puedan poner en marcha
las acciones pertinentes por parte de éste.
Desde
el ICOPCV se recomienda la realización de una revisión anual por
parte de un podólogo con el objetivo de comprobar que el estado de
salud de los pies es adecuado y poder tratar a tiempo cualquier
patología, si fuera necesario, con el objetivo de evitar posibles
complicaciones provocadas por su dilación en el tiempo.