El fútbol fue ingrato este pasado domingo para el Sporting Villena. Cayó derrotado ante La Alcudia de Crespins por 2-1, después de adelantarse en el marcador; y encajando el tanto de la derrota cuando ya pasaban tres minutos del tiempo de añadido.
El grupo estaba limitadísimo, materialmente condicionado, hasta el borde de no disponer de banquillo, circunstancia que obligo a plantear el encuentro con el mínimo riesgo posible.
Inteligente lectura de las circunstancias la adoptada por Toni Ribera, que transmitió su propuesta a los chavales y estos la asimilaron con admirable sapiencia.
Perfecta basculación la del equipo durante la 1ª parte, dejando tocar al rival en zona no peligrosa, y presionando cuando decidía anular la iniciativa del Alcudia para tratar de robar el esférico e iniciar la ofensiva.
El trabajo defensivo fue sobresaliente, y las intenciones para conducir el balón en la ofensiva también.
Nada más iniciada la 2ª parte, Flecha la pone desde la banda y Sufian hace un espléndido gol, pero la alegría nos duró poco, en la siguiente jugada tras sacar el contrario desde el centro del campo nos empataron.
Tras ese gol, el partido entró en una dinámica de juego rápido que no nos convenía, pues estaba el partido roto y a rio revuelto, ganancias de pescador.
Pero el equipo no se arrugó, al contrario, se estiró y buscó puerta con estilo, con elegancia, abriendo juego por las bandas para tratar de profundizar y buscar la espalda de la defensa, pero con gallardía, muy muy vertical, muy valiente, muy sensato, muy avispado.
Se demostró, aun sabiendo las circunstancias con las que se encaraba el partido, que sabemos hilar fino, que sabemos tratar realmente bien la pelota, que sabemos luchar como jabatos. Espléndida exposición la realizada por los chavales, y nuevamente cantada por la afición local.
El equipo encaró la subida al puerto con prudencia, pero a medida que se fue subiendo, las sensaciones fueron maravillosas, se convenció de sus posibilidades y arreó de lo lindo, llegamos a la linea de meta rueda con rueda con el rival, en un esfuerzo titánico, mayúsculo, pero en la mismísima linea de meta, cuando todo parecía que la cuestión se iba a resolver en tablas, la organización decidió tirarnos por el barranco, y van unas cuantas, pero nos vamos a dejar de lamentos y vamos a seguir con nuestra canción.
Los chavales fueron más osados que la propuesta inicial planteada, me atrevería a decir que heroicos. Una vez más el esfuerzo ofrecido por los chavales fue sencillamente colosal.