A
petición del Partido Socialista, ayer se realizó la visita a la
planta de VAERSA aplazada desde hace tres meses por el alcalde. El
retraso es achacable solo al equipo de gobierno. En ningún caso a
los gestores de la planta, que tuvieron conocimiento de nuestra
solicitud la semana pasada, siendo su respuesta inmediata. La
situación evidencia, una vez más, el ninguneo y el desprecio con el
que la primera autoridad local trata a la oposición y la ineficacia
con al que se afronta el asunto de los residuos.
Pudimos
constatar que actualmente en la planta no se están enterrando
restos, como ya denunciamos en el mes de septiembre, pues el segundo
vaso está colmatado. El sobrante rechazado se traslada, como también
indicamos en su día y el alcalde parecía desconocer, a la planta de
Reciclados del Mediterráneo y a otra planta de Novelda. El jefe de
la planta ha confirmado que resulta más caro enterrar el rechazo en
otras instalaciones ajenas a la de VAERSA.
Respecto
a la puesta en marcha del nuevo vaso, se nos ha indicado que podía
estar listo en torno a un año. Y durante ese periodo de tiempo se
seguirá enterrando la basura en otras plantas.
También
se nos informó sobre la existencia de un Plan de Gestión y
Desarrollo de la Planta. Un documento al que aún no hemos tenido
acceso y con el que se pretende provocar una mayor reutilización y
un menor rechazo. Según los últimos datos, se está reciclando
sobre el 20% del peso que entra a la planta. El resto se entierra y
la pretensión es que se pueda dar la vuelta a la estadística,
enterrándose en torno al 30%. Esta situación alargaría la posible
vida del tercer vaso que, en las condiciones actuales, estaría
colmatado a los 4 o 5 años. De gestionarse en mejores condiciones la
duración del vaso se podría duplicar.
A
pesar de estas hipotéticas medidas de mejora, la realidad es que,
como se ha puesto de manifiesto en el reciente informe municipal de
la técnico de Medioambiente, los niveles de contaminación de la
planta de VAERSA superan los límites de emisiones permitidos de
monóxido de carbono y dióxido de azufre. Ahora el alcalde anuncia
que va a tomar medidas y va a solicitar explicaciones a la
Conselleria de Medioambiente. Una muestra de cinismo, falta de
credibilidad y absoluta dejadez por parte del máximo responsable del
consorcio, que parece actuar siempre con inconcebible parsimonia.
El
Plan de Gestión se prevé que tenga una duración de 20 años y, por
tanto, nos encontraríamos en nuestra zona con la necesidad de
generar nuevos vertederos o plantas para el rechazo, ya que en la
mejores de las previsiones el nuevo vaso duraría en torno a los 8
años.
A
nuestro juicio debería quedar claro muy claro cuál va a ser el
destino del rechazo generado cuando el tercer vaso esté colmatado.
El modelo a seguir podría ser el de Guadassuar donde el tratamiento
se lleva a cabo en la planta, pero el rechazo va a otras zonas.
Respecto
al anuncio de hace tres años del alcalde comprometiéndose a
aumentar el personal en la planta, según constatamos ayer, nada de
nada. La solución, a todas luces insuficiente y tardía, consiste en
llevar a cabo una reorganización de los trabajos. De manera que el
personal de VAERSA se dedique únicamente al tratamiento de los
residuos y que las labores de limpieza se subcontraten mediante un
contrato de servicios a Gestaser, la ganadora del concurso. Por
tanto, se constata otra promesa incumplida de Francisco Javier
Esquembre. No obstante, esperamos que esta iniciativa pueda aliviar
el trabajo de los trabajadores de VAERSA de manera que repercuta en
la mejora del servicio.
Asimismo,
se nos indicó que seguían entrando basuras de fuera de nuestro plan
zonal. Concretamente sobre un 3% proveniente de Torrevieja.
El
reciclaje de cartón ascendió en el año 2016 a 750 toneladas. En el
presente año la cifra puede ser similar. Por tanto, con estos datos,
no podemos deducir que la recogida selectiva de cartón que está
efectuando el Ayuntamiento de Villena tenga una incidencia eficaz. No
obstante, cabe recordar que son muchas las poblaciones que traen sus
residuos a la planta de Villena.
Con
respecto a las inversiones prometidas por el alcalde de 20 millones
de euros, lo realizado y previsto de realizar queda muy lejos de esa
cifra, lo que apunta a otra promesa incumplida.. Según el jefe de
planta una cifra de inversión que mejoraría la eficiencia de la
planta rondaría los 10 millones de euros.
En
la actualidad se están sustituyendo los elementos de aporte de una
de las líneas con la finalidad de mejorar la separación orgánica.
Al funcionar solo una línea, las posibilidades de tratamiento se ven
reducidas a la mitad, algo que se ha de subsanar con más horas de
trabajo en la línea que está activa para dar salida al mismo
tratamiento.
A
corto plazo se anuncia la mejora de los equipos de recogida de
metales, aluminio y puesto de triaje de vidrio, así como la
externalización del servicio de limpieza de la planta. A medio plazo
existe el compromiso del sellado de los vasos, la mejora de los
biofiltros, la desodorización de los fosos de descarga y el
retractilado de las balas de rechazo. Unas inversiones muy escasas
para lo que en definitiva tiene que ser un funcionamiento óptimo de
la planta, muy por debajo de los 10 millones supuestamente necesarios
y mucho más lejos de los 20 millones comprometidos por el señor
Esquembre.
También
se pudo comprobar el deterioro de la cubierta de la nave,
indicándonos los trabajadores que cuando llovía, llovía más
dentro que fuera. Así como la constatable plaga de palomas que está
deteriorando sensiblemente la instalación. Según nos indican su
número podía estar en torno a los 4.000 ejemplares.
Las
conclusiones de nuestra visita son cinco. La primera, algo evidente
pero necesario, hay que intentar que se recicle en origen todo lo
posible, instalando más contenedores de recogida selectiva y plantas
de transferencia. La segunda, se constata el deterioro de la planta y
la falta de inversión a lo largo de muchos años. La tercera, la
planta no estaba en su origen prevista para este tipo de tratamiento,
sino para realizar principalmente compostaje con la basura. La
cuarta, que el gasto en energía tiene que ser excesivo. Y la quinta,
que el alcalde no ha vuelto ha ser sincero con la ciudadanía, ya que
se ha realizado una serie de promesas a lo largo de la legislatura
sobre inversiones y mejora de la planta y al final de la misma no se
ha cumplido prácticamente ninguna.